sábado, 26 de abril de 2014

AMAR A NUESTROS ENEMIGOS

s/TJ:

¿Realmente instaba la ley mosaica a los judíos a que odiaran a sus enemigos, como pudiera sugerir (Mt 5;43)?

No, la Ley no requería que los judíos odiaran a alguno que pareciera ser enemigo personal.  Al  contrario, instaba  a  sus adherentes  a que  le mostraran amor.



En el Sermón del Monte, dijo Jesús: "Oyeron ustedes que se dijo: 'Tienes que amar a tu  prójimo y odiar a tu enemigo'"  (Mt 5;43).  Sírvase notar que Jesús  no dijo que todo  esto era parte de  la ley de Dios  dada por medio de Moisés; más bien, él declaró: "Oyeron ustedes que se dijo".

La parte acerca de amar uno a su prójimo se podía hallar en la Ley en (Lv 19;18), que dice: "Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo". Pero la porción acerca de odiar uno a su enemigo no provino de Dios. Posiblemente algunos de los caudillos religiosos  injustificadamente deducían de la  obligación de amar uno a su prójimo que se suponía que odiaran a todo no  israelita como enemigo.   Comenta la Cyclopoedia de M'Clintock y Strong: "Los fariseos habían restringido el significado de la palabra prójimo a los de su propia nación o a sus propios amigos, sosteniendo que el odiar a su enemigo no era prohibido por la ley".-Tomo VI, pág.  929a.

Sin embargo, la Ley realmente mandaba a los judíos que hicieran actos de amor aun a un semejante que, debido a ciertas acciones faltas de amor, pudiera parecer enemigo personal (Ex  23;4,5). Y las Escrituras Hebreas aconsejan: "Cuando caiga tu enemigo, no te regocijes; y cuando  se le haga tropezar, no esté gozoso tu corazón" (Pr 24;17). Por supuesto, el estar gozosos por la  caída de los enemigos de Dios, no los enemigos personales, era otro asunto.  (Ex 15;1-21) (Jc 5;1,31) (Sl 21;8-13).

Puede ser que en el tiempo de  Jesús haya habido una expresión común que transmitía significado a sus palabras. En The Authentic New Testament, el docto judío Hugo Schonfield traduce (Mt 5;43): "Ustedes han oído que se declaró: 'Debes amar a tu prójimo, pero odiar a tu enemigo'". Luego enlaza la segunda parte con una obligación que se alista  en uno de los manuscritos hallados con los Rollos del Mar Muerto. En el Manual of Discipline no bíblico, generalmente conectado con la secta judía llamada los esenios, a los lectores se les anima a "amar a todos los hijos de la luz, a cada uno según su porción en el consejo de Dios y a odiar a todos los hijos de  las tinieblas".-The Dead Sea Scrolls,  por Millar Burrows, página 371.

A pesar de la actitud que quizás haya prevalecido entre muchos entonces, Jesús instó: "Continúen  amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen, para que demuestren ser  hijos de su  Padre que está en los cielos" (Mt 5;44-45). Hasta respaldó esto con su parábola del buen samaritano. Aunque el sacerdote judío y el levita pasaron por el otro lado sin ayudar al hombre que  había sido golpeado por salteadores, un samaritano (una persona despreciada por  los judíos) se  detuvo y lo ayudó. Resultó ser un verdadero prójimo. Y esto ilustra bien la actitud amorosa que recomendó Dios y que enseñó Jesús.  (Lc 10;29-37).

Hoy los testigos de Jehová cultivan este mismo espíritu de amar al prójimo, aun si éste es perseguidor de los cristianos verdaderos. Ellos reconocen que ellos no son los que habrán de juzgar a los individuos, de modo que tratan de ayudar a todos a aprender el camino de la vida. Como resultado algunos que eran perseguidores anteriormente, que actuaron como enemigos, han sido ayudados a hacerse cristianos (Hech 9;17) (Gl 1;13) Y los cristianos continuarán haciendo esto hasta que Dios mismo actúe para eliminar a los enemigos de él que le odian. Así quitará el vituperio de su nombre, y eso será causa de regocijo.  (Sl 68;1,3). ("La Atalaya" de 15.6.68, pág 383 y 384)

Análisis:

Nuevamente Cristo cita lo que oyeron en las lecturas y explicaciones sinagogales:  "Amarás a  tu prójimo y odiarás  a tu enemigo"

En la Ley, en efecto, se  preceptúa el amor al prójimo (Lv 19;18), pero este prójimo no es  el ser humano, sino el judío. Y si en algún pasaje se recomienda y manda también amar al extranjero "peregrino" (ger), el contexto hace ver que este "peregrino" no es el simple transeúnte por su tierra, sino el advenedizo establecido habitualmente entre el pueblo judío e incorporado a él: "Tratad al extranjero que  habita en  medio de vosotros  como al  indígena de entre vosotros; ámale como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en la  tierra de Egipto" (Lv 19;34). Las gentes de mala vida, y algunos grupos religiosos  contrarios a su fe provenientes de otros países, no eran para ellos prójimo y por lo tanto no eran objeto del precepto del amor al prójimo.

Teniendo en cuenta que la Ley preceptúa positivamente el exterminio de diversos  pueblos idólatras, el pueblo judio vino a concluir, ilógica, pero prácticamente, la no obligación de amar a los no-judíos.

A toda esta legislación o exagerada interpretación de la Ley, Cristo da su enseñanza propia: "Pero yo os digo:..." Y llega al colmo en la exigencia del amor al prójimo. Este ha de ser universal, pues se extiende a "vuestros enemigos", que, en contraposición al "prójimo", al judío, son todos los no-judíos, todos los hombres, como claramente acusa  en el (v 47), y, al mismo tiempo, se extiende a perdonar las ofensas personales dentro del círculo racial, ya que se manda también "orar" por "los que os persiguen"; lo que se refiere a las ordinarias persecuciones del medio en que se vive (v 46 y 47). Por eso S.Pablo nos dirá: "...si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber... no te dejes vencer por  el mal, sino sigue  venciendo el mal con el bien" (Rm 12;17-21).

Nunca el judaísmo llegó a esta moral. Si se leen algunos pasajes en que se recomienda el amor al enemigo (Pr 25;21) (Ex 23;4) de ayudarle en sus necesidades, no se sale del círculo "prójimo" judío. Nunca se llegó a la preceptiva tajante, clara y universal del amor al enemigo.

Por lo tanto, Jesucristo, no podía decir a la muchedumbre lo que los TJ traducen de Mateo: "Continúen amando a sus enemigos". Pero si hemos dicho que era doctrina común entre los judíos odiar a los enemigos, ¿cómo podía decir, "continuen amando"?