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"Si hablo en las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo
amor, he
venido a ser un
pedazo de bronce
sonante o un címbalo estruendoso". (1Cor 13;1) (NM)
Sin amor,
nada somos. Pablo razonó: "Si hablo en las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, he venido a ser un pedazo de
bronce sonante o un címbalo estruendoso". (1 Corintios
13;1.) Sin amor, de nada valdría
hablar en un idioma comunicado por el espíritu, fuera una
lengua del hombre o de los ángeles
celestiales. Pablo prefería
decir cinco palabras edificantes a diez
mil en una lengua que no se
entendiera. (1 Corintios 14;19.) La
persona desamorada sería como "un pedazo de bronce sonante" (un gong ruidoso y molesto) o un "címbalo
estruendoso", disonante. Hablar en
lenguas cuando faltaba el amor no glorificaba a Dios ni ayudaba a su pueblo, pues no comunicaba calma ni resultaba en edificación espiritual.
Hoy mostramos amor al emplear palabras entendibles en el ministerio
cristiano. ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 28)
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"Si tengo el don de profetizar y estoy enterado de todos los secretos sagrados y de todo
el conocimiento, y si tengo
toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo
amor, nada soy" (1Cor 13;2)
El don de profetizar milagrosamente, la
comprensión especial de secretos sagrados y el conocimiento transmitido por espíritu quizás beneficiaran
a otras personas, pero no beneficiaban a
quienes poseyeran tales dones si estos
no tenían amor. Pablo se valió del entendimiento especial de los secretos
sagrados para ayudar a los demás, y el
don de conocimiento hizo posible que
predijera la supervivencia de
ciertos náufragos. (Hechos
27;20-44; 1 Corintios 4;1,2.) Sin
embargo, aunque tuviera 'todo el conocimiento y toda
la fe', si era desamorado no sería nada
a la vista de Jehová.
En
la actualidad el
espíritu de Jehová permite
que sus Testigos entiendan las profecías bíblicas y los secretos sagrados, y
los guía cuando imparten
este conocimiento a los
demás. (Joel 2;28,29.) El espíritu también da la fe
precisa para superar obstáculos
que parecen montañas. (Mateo
17;20.) Ya que estas
cosas se logran mediante el espíritu,
es impropio que nosotros procuremos recibir la gloria
por ellas. No valemos nada a menos que actuemos para la gloria de Dios y por amor a él y a nuestros
congéneres. (Gálatas 5;6.) ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 28)
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"Si doy todos mis bienes para alimentar
a otros, y si entrego mi cuerpo, para jactarme, pero no tengo amor, de nada
absolutamente me aprovecha" (1 Cor 13;3)
Sin amor, de nada le aprovecharía a Pablo dar todas sus posesiones para
alimentar al semejante. Dios
nos recompensa por el amor que impulsa nuestras dádivas,
no por su
valor material ni
porque, como los mentirosos Ananías y Safira,
busquemos gloria al dar. (Hechos 5;1-11.) Pablo dio un
buen ejemplo al darse amorosamente en relación con
un ministerio de socorro a los creyentes
de Judea. (1 Corintios 16;1-4; 2
Corintios 8;1-24; 9;7.)
Sin amor, ni siquiera el martirio en
testimonio de la verdad tiene valor alguno para
Dios. (Proverbios 25;27.) Jesús
habló de su sacrificio, pero no
se jactó en
cuanto a ello.
Por el contrario,
se dio voluntariamente por
amor. (Marcos 10;45; Efesios 5;2;
Hebreos 10;5-10.) Sus hermanos
espirituales 'presentan sus cuerpos
como sacrificio vivo' al servir a Dios,
no en alardes de martirio, sino de
formas que no son llamativas,
pero que glorifican a
Jehová y le demuestran su
amor. (Romanos 12;1,2.) ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 28)
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"El amor es sufrido y bondadoso" (1Cor 13;4a)
Para muchos, la gran paciencia que ha mostrado Dios desde que Adán pecó ha
significado arrepentimiento que conduce a la salvación. (2 Pedro 3;9,15.) Si tenemos amor, enseñaremos la verdad con
paciencia. Evitaremos los arrebatos temperamentales y seremos
atentos y perdonadores. (Mateo 18;21,22.) El amor
es también bondadoso, y la bondad de
Dios nos atrae a él. La bondad, fruto de su espíritu, nos impide
exigir a otros más de lo que él nos exige a nosotros. (Efesios 4;32.) El
amor hasta nos impulsa a ser
bondadosos con los desagradecidos. (Lucas 6;35.) ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 29)
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"El amor no es celoso, no se vanagloria,
no se hincha" (1Cor 13;4b)
Los celos son
un fruto de la carne que nos
excluye del Reino de Dios. (Gálatas
5;19-21.) El amor nos impide envidiar las posesiones o ventajas ajenas. Si alguien recibe un privilegio de servicio que deseábamos, el
amor nos hará compartir su alegría, apoyarle y dar gracias a Dios por el hecho de que
se pueda utilizar a esa
persona para beneficio de la congregación.
Ya que el amor "no se
vanagloria", no nos impulsa a
jactarnos de lo que Dios nos permite
efectuar en su servicio. Aunque algunos corintios se jactaban como si los dones del espíritu se originaran de ellos, estos provenían de Dios,
al igual que los privilegios en su
organización moderna. Así, en vez
de jactarnos de nuestro puesto en la
organización de Dios, cuidémonos de
no caer. (1 Corintios 1;31; 4;7; 10;12.) Mientras que el amor "no se
hincha", la mente del desamorado puede llenarse de presunción. El amoroso no se cree superior a los
demás. (1 Corintios 4;18,19; Gálatas
6;3.)
("La Atalaya" de 15.7.92, pág 29)
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"...El
amor...no se porta
indecentemente, no busca
sus propios intereses, no se
siente provocado" (1Cor 13;5a)
Fomenta la cortesía, la conducta piadosa, el
respeto a la autoridad y el decoro
en las reuniones
cristianas. (Efesios 5;3-5;
1 Corintios 11;17-34; 14;40; compárese con Judas 4,8-10.) Puesto que el amor hace que cada uno se sienta útil y necesario, como todos los miembros del cuerpo humano, la congregación
en que reina el amor es un lugar de paz y un refugio. (1 Corintios 12;22-25.) En vez de ser egoísta
y 'buscar sus propios intereses', el
amor a veces nos
hace sacrificar nuestros derechos e interesarnos personalmente
en nuestro semejante y en
su bienestar. (Filipenses 2;1-4.)
El amor nos mueve a 'hacernos toda cosa
a gente de toda
clase, para salvar
a algunos' mediante
nuestro ministerio. (1 Corintios
9;22,23.)
El amor "no se siente
provocado". Los arrebatos de
cólera son obras de la carne pecaminosa, pero el amor nos hace 'lentos en cuanto a la ira'. (Santiago 1;19;
Gálatas 5;19,20.) Aunque
tengamos motivo para enfadarnos, el amor no nos permite
seguir en un estado provocado y dejar así
lugar para el
Diablo. (Efesios 4;26,27.)
Los ancianos, en particular, no han de enfadarse si sus
compañeros de creencia no prestan atención a alguna sugerencia ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 29)
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"...El amor...No lleva cuenta del
daño" (1Cor 13;5b)
El amor
no guarda una lista de ofensas,
como si fueran apuntes en un libro de contabilidad.
Se concentra en las buenas cualidades de sus compañeros de creencia
y no se venga de las
ofensas, sean reales o
imaginarias. (Proverbios 20;22; 24;29; 25;21,22.) El amor nos ayuda a 'seguir tras las
cosas que contribuyen a la paz'.
(Romanos 14;19.) Aunque Pablo
y Bernabé tuvieron
un altercado que los
hizo ir por separado en su servicio
a Dios, el amor permitió que se
reconciliaran e
impidió que se guardaran rencor. (Levítico 19;17,18; Hechos 15;36-41.)
("La Atalaya" de 15.7.92, pág 29)
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"...El amor...No se regocija por la
injusticia, sino que se regocija con la verdad" (1Cor 13;6)
Algunos
aman tanto la injusticia que "no
duermen a menos que hagan maldad". (Proverbios 4;16.) Pero en la organización de
Dios no peleamos entre nosotros ni nos
alegra que alguien caiga en el lazo del pecado. (Proverbios 17;5; 24;17,18.)
Si la congregación corintia hubiera
tenido suficiente amor a Dios y
a la justicia,
no habría tolerado
la inmoralidad. (1
Corintios 5;1-13.) Entre otras cosas,
el amor a la justicia impide que
disfrutemos de programas que se presenten
en la televisión, el cine y el teatro que hagan resaltar la injusticia.
El amor
"se regocija con la
verdad". En este punto se contraponen la verdad y la injusticia. Con ello
se indica evidentemente que el
amor hace que nos regocijemos por cómo la
verdad influye en que la gente sea justa. Nos
deleitamos con las cosas que edifican y que adelantan la causa de la verdad y la
justicia. El amor nos impide mentir y
hace que nos alegremos cuando se halla inocente al justo
y cuando triunfa la verdad de
Dios. (Salmo 45;4.) ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 30)
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"...El amor...Todas las cosas
las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta" (1Cor 13;7)
Como 'soporta todas las cosas', el amor no deja penetrar el rencor, tal como
el buen tejado no deja entrar la lluvia. Si
alguien nos ofende, pero
luego nos pide perdón,
debido al amor
soportamos el daño y perdonamos al ofensor, en vez de contar a otros el asunto.
Por amor, intentamos 'ganar a
nuestro hermano'. (Mateo 18;15-17;
Colosenses 3,13.)
El
amor 'cree todas las cosas'
de la Palabra de
Dios y nos hace
agradecidos por el alimento espiritual que dispensa
"el esclavo fiel y
discreto". (Mateo 24;45-47.) Aunque no
somos incautos, el amor nos impide tener un corazón
incrédulo e imputar malos motivos a nuestros compañeros de creencia.
(Eclesiastés 7;21,22.)
Además, 'espera todas las cosas' que registran las Escrituras, entre ellas las verdades con relación al Reino de Dios.
Por amor, esperamos los mejores
resultados en las situaciones difíciles
y oramos por esto.
El amor también nos impulsa
a dar a la gente razón de nuestra esperanza. (1 Pedro 3;15.) Además, el amor 'soporta todas las cosas', entre ellas pecados que se cometen en contra nuestra.
(Proverbios 10;12.) El amor a
Dios también nos ayuda a soportar persecución y otras pruebas. ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 30)
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"El amor nunca falla" (1Cor 13;8a)
Tal como Jehová no puede fallar, el amor tampoco falla. Ya que nuestro Dios eterno personifica el amor,
esta cualidad no cesará nunca.
(1 Timoteo 1;17; 1 Juan 4;16.) El
universo se regirá siempre por el amor.
Por eso, oremos a Dios que nos ayude a vencer las actitudes egoístas y a
demostrar este infalible fruto del espíritu.
(Lucas 11;13.) ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 30)
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"Pero sea que haya dones de profetizar, serán
eliminados; sea que haya lenguas,
cesarán, sea que haya conocimiento, será eliminado" (1Cor 13;8b)
Los 'dones
de profetizar' permitieron que
sus poseedores pronunciaran nuevas profecías.
Aunque aquellos dones desaparecieron una vez
que quedó establecida la
congregación cristiana como organización
de Dios, Su poder profético nunca desaparece y Su
Palabra contiene todas las
profecías que necesitamos en la actualidad. Como se
había predicho, también cesó la facultad transmitida por espíritu de hablar en lenguas,
y el conocimiento especial fue
"eliminado". Pero la Palabra
completa de Jehová nos da el conocimiento
que necesitamos para
alcanzar la salvación. (Romanos 10;8-10.) Además, el pueblo de Dios está lleno de Su espíritu y produce su fruto ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 30)
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"Ahora,
sin embargo, permanecen la fe, la
esperanza, el amor, estos tres;
pero el mayor de estos es el amor" (1Cor 13;13)
Pese a la ausencia de los dones milagrosos
del espíritu, la congregación cuenta hoy con un conocimiento más completo y con razones para tener un mayor
grado de fe, esperanza y amor. Tiene fe en
que puede dar por cumplidas todas
las promesas de
Dios. (Hebreos 11;1.)
Algunas características de la fe
terminarán al realizarse las
profecías de la Palabra de Dios. Ciertos aspectos de la esperanza cesarán
cuando veamos lo que esperamos. No obstante,
el amor permanecerá
eternamente. Por esta razón, que
todos los testigos de Jehová sigan de continuo el camino sobrepujante del amor ("La Atalaya" de 15.7.92, pág 31)
Análisis:
Véase el tema: "Amar al prójimo. El buen samaritano" de la misma etiqueta: "Amor". Para ver como entienden los TJ la práctica del amor al prójimo. Es la mejor manera de analizar todo este tema.
Análisis:
Véase el tema: "Amar al prójimo. El buen samaritano" de la misma etiqueta: "Amor". Para ver como entienden los TJ la práctica del amor al prójimo. Es la mejor manera de analizar todo este tema.