martes, 30 de diciembre de 2014

¿DESAPARECERÁ EL PLANETA TIERRA?

s/TJ:

Algunos creyeron que la Tierra desaparecería el 21 de octubre de 2011. Pero eso no ocurrió. La profecía del locutor de radio estadounidense Harold Camp­ing quedó en nada. Él había predicho que el juicio final lle­garía el 21 de mayo de 2011. En esa fecha, un demoledor terremoto sacudiría la Tierra, y cinco meses después, el 21 de octubre, sería destruida.

La realidad es que nuestro planeta nunca dejará de existir, pues su Creador no lo permitirá. En su Palabra se afirma: "Has fijado sólidamente la tierra, para que siga subsistiendo" (Sl 119;90)


Análisis:


Llegar a la conclusión por esta sola frase con una traducción más que dudosa del (Sl 119;90) y sin tener en cuenta nada más, que "nuestro planeta nunca dejará de existir" resulta como mínimo atrevido.


La traducción de este punto por Nacar Colunga es: "formaste la tierra y perdura". En la biblia del fundador del Esperanto, Zamenhof, se lee: "Tu hiciste fuerte a la tierra y perdura". Son puras observaciones.


s/TJ:


A pesar del (Sl 119;90), algunos lectores de la Biblia no es­tán de acuerdo y opinan que el fuego consumirá el planeta. Se basan en las palabras registradas en (2Pe 3;7) (2Pe 3;10), donde dice: "Los cielos y la tierra que existen ahora están guardados para fuego y están en reserva para el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos. [...] Sin embargo, el día de Jehová vendrá como ladrón, y en este los cielos pasarán con un ruido de silbido, pero los elementos, estando intensamente ca­lientes, serán disueltos, y la tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas". 

Análisis:


En efecto, en (2Pe 3 ss), el apóstol la emprende directamente contra los falsos doctores que se burlaban de la parusia y refuta sus errores rechazando primeramente el argumento en que se apoyaban: la estabilidad de la naturaleza. Afirma que en la naturaleza se operó un gran cambio por medio del diluvio y que el fin del mundo será una inmensa conflagración en la que el fuego significará la venida de Dios y el castigo de los malvados. De hecho en el Antiguo Testamento, el triunfo de Yahvé va acompañado de un fuego vengador que destruye los enemigos de su causa y alcanza hasta a los elementos materiales del mundo (Is 66;15 ss) (Is 51;6) (Is 65;17) (Is 66;22) (Miq 1;4) (Sof 1;18) (Sof 3;8) (Dan 7;9-10) (Sl 98;3). S. Pablo también habla del fuego del juicio (1Cor 3;13-15) (2Tes 1;7 ss).


A continuación, el autor sagrado responde a la pregunta sarcástica de los falsos doctores formulada en (2Pe 3;4): ¿Dónde está la promesa de su venida?, limitándose simplemente a negar toda medida entre la eternidad de Dios y el breve tiempo de nuestra vida. El Señor es paciente, pero debemos prevenirnos y no diferir demasiado el arrepentimiento, porque vendrá el día del Señor como un ladrón (v 10) Es una imagen bíblica muy expresiva para describir el día de la venida del Señor (Mt 22;42-44) (Lc 12;38-40)(1Tes 5;2) (Ap 3;3) (Ap 16;15). En aquel día, el universo desaparecerá y serán consumidos los cielos, los astros y la tierra con todo lo que hay en ella. En la escatología de los primeros siglos tanto judía como cristiana, el fuego tenía una parte preponderante en la conflagración final (Mt 3;11) (Mt 11;3,16) (1Cor 3;10-15)


s/TJ:


¿Deben enten­derse estas palabras del apóstol Pedro en sentido literal? No, porque la explicación de estos versículos debe concordar con el resto de la carta de Pedro y los demás libros de la Biblia. Si tomáramos esos versículos al pie de la letra, implicaría que los inmensos cielos —el universo con sus incontables millones de estrellas y otras formas de materia—serían arrasados por las llamas debido a la mal­dad- de un grupo de seres humanos. ¿Verdad que usted no destrozaría una playa inmensa solo porque le molestan unos pocos granitos de arena? Pues Jehová tampoco destruirá todo el universo que él creó por culpa de la rebelión que estalló en un pequeño rin­cón de dicho universo.


Análisis:


Los TJ, dicen que toda su doctrina esta basada en la Biblia, pero presentan de continuo razonamientos que no están apoyados en ningún punto de la misma y, por otra parte, sin seguir ningún criterio concreto consideran según les conviene que un pasaje es literal o simbólico. Yo creo que son los TJ quienes han de concordar su interpretación simbólica con el resto de la carta. Si consideran que nuestra interpretación no concuerda con el resto de la carta, deberían concretar en que puntos exactamente no concuerda.


s/TJ:


Además, decir que nuestro planeta será destruido no con­cuerda con estas palabras de Je­sucristo: "Felices son los de ge­nio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra" (Mateo 5:5; Salmo 37:29). ¿Qué buen padre le construiría una cómoda casa a su familia para quemarla después? (Salmo 115:16.) ¡Eso no cabe en la ca­beza de nadie! Jehová es mucho más que el Creador: es un Padre amoroso (Salmo 103:13; 1 Juan 4:8).

Análisis:

El premio que se le asigna a esta bienaventuranza es que los que la practiquen "poseerán la tierra". Este premio es asignado asimismo a los afligidos en el salmo (Sl 37;11). Es un salmo en el que se plantea el problema de la «retribución». Con una repetición insistente se dice lo que es la brevedad de la vida y cómo el rico malvado pasa y es castigado, mientras que el «pobre» justo es premiado. Como término expresivo se le promete que «poseerá la tierra». Esta es Palestina. Lo que fue «promesa» de los patriarcas, fue el eterno ideal del judío piadoso. La Tierra Prometida vino a ser el «tipo» ideal del premio del reino de los cielos. 

Según este salmo, no debe el justo enjuiciar demasiado pronto la situación, sino confiarse a Yahvé, aquietándose y esperando el momento de su intervención justiciera para poner las cosas en su punto. No debe impacientarse y dejarse llevar del enojo, que sólo conduce al mal, pues corre el riesgo de interpretar indebidamente los caminos secretos de la Providencia. A la hora de la verdad, cuando intervenga la justicia divina, los malvados serán exterminados de muerte violenta o prematura, mientras que los que esperan en Yahvé, los afligidos, "poseerán la tierra". Como en el pasado los gentiles fueron arrojados de la tierra de Canaán para dejar lugar a los israelitas, así llegará la hora en que desaparecerán los malvados e insolentes, para dejar solos a los afligidos, a los predilectos de Yahvé. El pensamiento del salmista juega con la esperanza de los tiempos mesiánicos, en los que desaparecerá todo vestigio de pecado. Nadie disputará  entonces los derechos de los fieles yahvistas, por tanto tiempo postergados. Entonces podrán gozar de una inmensa paz, ya que, por más que se busque a los impíos, ya no estarán. 

Jesús, en (Mt 5;5) nos da un nuevo sentido espiritual, del texto de este salmo, "Los mansos poseerán la tierra". En la perspectiva evangélica no se trata ya de gozar materialmente de una paz paradisíaca en los tiempos mesiánicos, siendo los justos colmados de bienes materiales de la tierra, sino de la íntima satisfacción de los que siguen el mensaje de Jesús, los cuales en expresión del Apóstol, pueden decir que el que tiene la paz interior, tiene la verdadera paz consigo mismo y con los demás, posee la tierra en "un reino que no es de este mundo". El salmista de 37,11 esta lejos de esta perspectiva exclusivamente espiritualista, y por eso -por carecer de luces sobre la retribución en el más allá- espera que la felicidad de los justos, libre de la compañía inquietante de los malvados, se dará en esta vida.


Por esto los cristianos esperamos un cielo y una tierra nueva (2Pe 3;13) en donde la justicia y la santidad habitarán. Estas misma ideas las encontramos en (Is 65,17)(Is 66;22). San Pablo también presenta a la naturaleza como una persona que espera con inquietud la transformación (Rom 8;19-22)(1Cor 7;31). Y San Pedro en un discurso de los Hechos de los Apóstoles, habla de la "restauración de todas las cosas"


s/TJ:


En (2Pe 3;7) (2Pe 3;10), el apóstol empleó el térmi­no tierra en sentido simbólico para referirse a la sociedad humana malvada. Fíjese en que estaba comparando el día del juicio con el Diluvio de Noé (2Pe 3;5-6). En esa ocasión solo murie­ron los malvados. Tanto la Tierra como el justo Noé y su familia sobrevivieron. 


Estos versículos también utilizan de forma simbólica el término cielos, pues Pedro se refería a los gobiernos hu­manos. Por consiguiente, las personas malvadas e incorregibles desaparecerán, y los corruptos gobiernos humanos se acabarán y serán sustitui­dos por el Reino, o gobierno, celestial de Dios (Dan 2;44).

Entonces, ¿desaparecerá nuestro planeta? No. Lo que va a desaparecer es la tierra simbólica, la sociedad humana malvada. Nuestro planeta y la sociedad humana obediente a Dios existirán para siempre (Pr 2;21-22) ("La Atalaya" 1/2/2012, pág 25)


Análisis:

Ya vemos que los TJ insisten en su sentido simbólico de todos aquellos términos y frases que literalmente no se ajustan a su predeterminada doctrina y retuercen cualquier interpretación para llevarla hacia su terreno. Hay que ser sencillo en la interpretación y tratar de no ir más allá de lo que realmente leemos. Precisamente, los TJ, insisten en sus conversaciones que la Biblia no hay que interpretarla porque "se interpreta sola" ¿Se puede considerar que la Biblia se interpreta sola si palabra tras palabra hemos de estar considerando si es literal o simbólica?