domingo, 20 de abril de 2014

LOS TJ EXPLICAN CON GUSTO LA VERDAD BÍBLICA

TJ:

Podemos aplicar las palabras paternales que escribió Pablo en 1 Corintios 15;33 con relación a las personas de fuera de la congregación que promueven enseñanzas falsas. ¿Qué podría llevarnos a tener compañerismo con ellas? El que no distinguiéramos entre aquellos a los que podemos ayudar a aprender la verdad y los que solo desean polemizar para difundir una enseñanza falsa.

Por ejemplo, cuando damos testimonio, quizás encontremos a una persona que discrepa en algún punto, pero que está dispuesta a analizarlo con más detalle. (Hechos 17;32-34) Esta situación en sí no plantea ningún problema, pues con gusto explicamos la verdad bíblica a todo el que desea conocerla, e incluso regresamos a presentarle pruebas convincentes. (1 Pedro 3;15) No obstante, algunos quizás no tengan verdadero interés en aprender la verdad bíblica.

Muchas personas se pasan horas debatiendo, semana tras semana, pero no porque busquen la verdad, sino tan solo porque quieren socavar la fe de los demás y alardear de su supuesta formación en hebreo, griego o ciencias de la evolución. Algunos Testigos se han encontrado con ellas, se han sentido desafiados y han acabado pasando mucho tiempo discutiendo sobre creencias religiosas falsas, filosofías o errores científicos. Ha de notarse que Cristo no dejó que eso le ocurriera a él, aunque podría haber ganado debates con dirigentes religiosos instruidos en hebreo o griego. Cuando lo desafiaban, Jesús daba una respuesta breve y volvía a dirigir su atención a los humildes, a las verdaderas ovejas. (Mateo 22;41-46; 1 Corintios 1;23-2;2.) ("La Atalaya" de 1.8.93, pág 16 y 17)

Análisis:

Socavar la fe de los demás es la especialidad de los TJ  en muchas ocasiones cuando van por las casas ofreciendo sus revistas o folletos. Les chifla hablar de la pederastia de los sacerdotes, de las monjas refunfuñonas, de los papas bendiciendo ejércitos y de los obispos imponiendo sus instrucciones. Por esto muchas veces no son bienvenidos. 

En otras ocasiones, se encuentran con personas que se sienten apabulladas por la verborrea fácil de los visitadores y que por ello no saben ni que decir, siendo presa idónea para la colocación de folletos e incluso para que acepten nuevas visitas o el inicio de alguno de sus “prestigiosos” cursos sobre la Biblia.

También, en alguna que otra ocasión, pueden encontrarse en sus vistas con personas que conociendo las instrucciones de San Pedro para los visitadores, las apliquen a sí mismo y les reciban con “genio apacible y profundo respeto”, o simplemente con buena educación.

Entre todos estos visitados se encuentran, por desgracia en pocas ocasiones, con personas que también están listas para defender su fe ante todo el que le exija razón de la esperanza que hay dentro de ellos, y claro está, no es cuestión de decir que sí porque sí, ni de decir que no porque no, ni se trata de debatir por debatir.

Pero si los TJ preguntan y lógicamente exponen sus ideas ya que son ellos los que nos visitan, habrá que contestar si no se está de acuerdo, y si no les gusta la respuesta habrá que insistir, todas las veces que hagan falta, con todo el apoyo bíblico que sea necesario para que queden claras las posiciones de unos y otros. Claro que a los TJ esto ya no les va. Ellos quieren a poder ser, sumisión inmediata a sus doctrinas. Quien se las discuta, los está desafiando, no buscan la verdad, quieren socavar la fe de los Testigos. Todo lo que se quiera menos aceptar que no solo los Testigos tienen su fe, una fe centenaria, sino que también los católicos, tienen, tenemos la nuestra, una fe doblemente milenaria y que, repito, muchas veces por desgracia, no estamos preparados para defenderla.