¿Qué enseña realmente la Biblia? CAPÍTULO 4 ¿QUIÉN ES JESUCRISTO?
Siguiendo
con el análisis de los diversos capítulos que componen el actual libro guía de
los Testigos de Jehová, “¿Qué enseña realmente la Biblia?, abordamos ahora el
capítulo 4 que lleva por título: ¿Quién es Jesucristo?
S/TJ:
En el mundo hay muchas personas famosas.
Algunas son muy conocidas en su propia comunidad, ciudad o nación, y otras en
el mundo entero. Pero el hecho de que usted sepa el nombre de alguien famoso
no significa que conozca a esa persona, es decir,
que esté enterado de los detalles de su pasado o de cómo es en realidad.
Aunque ya han pasado unos dos mil años
desde que Jesucristo vivió en la Tierra, en todo el mundo se habla de él. Sin
embargo, existe mucha confusión sobre quién fue en realidad. Algunos dicen que
fue tan solo un hombre bueno. Otros piensan que no fue más que un profeta.
Y hay quienes creen que Jesús es Dios y debemos adorarlo. ¿Será esto
cierto?
Es importante que usted sepa la verdad
sobre Jesús. ¿Por qué? Porque la Biblia dice: “Esto significa vida eterna, el
que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Jn 17;3).
En efecto, conocer la verdad sobre Jehová Dios y sobre Jesucristo puede
llevarle a vivir para siempre en un paraíso terrestre (Juan 14:6). Además,
Jesús dio el mejor ejemplo de cómo se debe vivir y tratar al prójimo (Juan
13: 34, 35). En el primer capítulo de este libro vimos cuál es la verdad acerca de Dios.
Veamos ahora lo que enseña la Biblia acerca de Jesucristo. (¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
Para empezar, podemos decir que no hay ningún
versículo en la Biblia que apoye directamente lo que los TJ aseguran con sus
palabras, o sea, que “conocer la verdad sobre Dios y sobre Jesucristo nos puede
llevar a vivir para siempre en un paraíso terrestre”. De una manera indirecta y
errando en las interpretaciones podemos llegar a ésta o a la interpretación que
se quiera. El propio versículo que presentan los TJ para apoyar esta doctrina,
(Jn 14;6) no tiene ni siquiera nada que ver con la misma, ni directa ni
indirectamente.
s/TJ:
Mucho antes de que Jesús naciera, la
Biblia predijo la llegada del enviado de Dios, el llamado Mesías o Cristo. Los
títulos Mesías (derivado de una palabra hebrea) y Cristo (derivado de una palabra griega) significan
“Ungido”. De modo que el enviado prometido sería ungido, es decir,
nombrado por Dios para ocupar una posición especial. En otros capítulos de
este libro veremos con más detalle que el Mesías tiene un importantísimo papel en el cumplimiento de las
promesas divinas. También veremos que Jesús puede bendecirnos incluso hoy en
día. Seguramente, ya antes de que Jesús naciera, muchas personas se
preguntaban: “¿Quién será el Mesías?”.
En el siglo primero de nuestra era, los
discípulos de Jesús de Nazaret estaban totalmente convencidos de que él era el Mesías predicho
(Juan 1:41). Uno de
ellos, Simón Pedro, le dijo sin rodeos: “Tú eres el Cristo” (Mateo 16:16). Ahora bien,
¿por qué estaban tan seguros aquellos discípulos de que Jesús era en verdad el
Mesías prometido? ¿Y por qué podemos estar seguros
nosotros?
Los
profetas de Dios que vivieron antes que Jesús predijeron muchos detalles que
ayudarían a identificar al Mesías. Por poner una comparación: suponga que usted
tuviera que ir a buscar a un desconocido a una concurrida estación de autobuses
o de trenes, o a un aeropuerto. ¿Verdad que le vendría bien conocer algunas
características de la persona? Pues bien, mediante los profetas bíblicos,
Jehová dio una descripción bastante detallada de lo que haría el Mesías y de
las cosas que le sucederían. De este modo, las personas fieles podrían
reconocerlo sin ninguna duda cuando vieran cumplirse todas esas profecías.
Veamos
un par de ejemplos. El primero es el siguiente: más de setecientos años
antes de que ocurriera, el profeta Miqueas predijo que el enviado prometido
nacería en Belén, un pequeño pueblo de la tierra de Judá (Miqueas 5:2). Pues bien,
¿dónde nació Jesús? Justo en ese lugar (Mateo 2:1, 3-9).
El segundo ejemplo es la profecía de Daniel 9:25, que con
muchos siglos de antelación permitía calcular el año exacto en que se presentaría el Mesías: el año 29
de nuestra era. El cumplimiento de estas y otras profecías demuestra que Jesús era el
Mesías prometido.(¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
La profecía de Daniel 9;25 está mal calculada por los
TJ porque para fijar el año “exacto” en que se presentaría el Mesías, parten de
una fecha que no coincide con la más generalizada para el primer año de
Artajerjes. Los TJ tradicionalmente parten del año 474 aC para efectuar sus
cálculos, pero los libros de historia de ahora y de hace más de un siglo, como
“Lecciones elementales de Historia Universal” editado en 1877 y que tengo en mi
biblioteca, fijan el año 465 aC para el primer año de Artajerjes.
Los TJ tienen que darse cuenta que para dar por buena
la interpretación de una profecía no pueden basarse en fechas que no
corresponden a las que reconocen o consideran como más probable la comunidad de
historiadores internacional a lo largo de los años. En este caso, esta fecha es
la de 465 aC. ¿Por qué los TJ no parten de esta fecha para sus cálculos en vez
de aceptar la de 474 aC que, según ellos mismos reconocen, sólo concuerdan con
la misma ”varios” historiadores? (¿Qué enseña realmente la Biblia?, pág 198) La
respuesta parece obvia. Porque los TJ fijan previamente la fecha que les
interesa para hacer buena su doctrina, y a partir de esta fecha construyen el
entramado cronológico que les interesa.
Ocurre lo mismo con el famoso año 1914. En vez de
partir para sus cálculos del año 586 aC como el año en el que fue destruida
Jerusalén, que es el aceptado prácticamente por el 100% de los historiadores,
parten del año 607 aC, del que los TJ no facilitan una relación de algunos de los historiadores que lo avalan. El procedimiento es el
mismo. A los TJ les interesa conducir la correspondiente profecía hasta su
conclusión en 1914 y para ello construyen, como en la anterior profecía, el
entramado cronológico que se lo permita.
s/TJ:
A finales del año 29 se demostró aún más
claramente que Jesús era el Mesías. Fue entonces cuando él le pidió a Juan el
Bautista que lo bautizara en el río Jordán. Jehová había prometido a Juan que
le daría una señal para que pudiera reconocer al Mesías, y se la dio en el
bautismo de Jesús. La Biblia relata: “Después que Jesús fue bautizado,
inmediatamente salió del agua; y, ¡mire!, los cielos se abrieron, y él vio
descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! También
hubo una voz desde los cielos que decía: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he
aprobado’” (Mateo
3:16, 17). Cuando Juan vio y escuchó aquello, no tuvo
ninguna duda de que Jesús era el enviado de Dios (Juan 1:32-34). Aquel día,
cuando el espíritu santo —es decir, la fuerza activa de Dios— se derramó sobre
él, Jesús llegó a ser el Mesías, o Cristo, la persona elegida para ser Caudillo
y Rey (Isaías 55:4).
Las profecías bíblicas que se han cumplido
y el testimonio que Jehová mismo dio prueban claramente que Jesús era el Mesías
prometido.(¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
Jesús nació en
el año 6 aC como más probable. Teniendo en cuenta que vivía Herodes (Mt 2;1 y
ss) (Lc 1;5), que éste falleció el año 4 aC, según la mayoría de historiadores,
y que anteriormente hubo el episodio del sacrificio de los inocentes de Belén
de dos años para abajo (Mt 2;16). (Bajo
la etiqueta “Jesucristo se hizo carne”, se analiza más ampliamente este tema:
“Fecha del nacimiento de Jesucristo”)
Por otra parte,
según se cuenten los años del imperio de Tiberio, y según se considere el
tiempo que transcurre entre el momento que fija (Lc 3;1) cuando se refiere al
año décimoquinto de Tiberio, Jesús podría haber sido bautizado entre el 26 y el
29, lo que fijaría la edad de Jesús entre los 31 y 34 años (Lucas dice en 3;23,
que Jesús “tenía unos treinta años”. Los datos que se conocen no permiten fijar
el año “exacto” del bautismo de Jesús. Y ya hemos visto anteriormente, que (Dan
9;25) si se aplican las fechas correctamente, no nos ayuda en este cometido.
s/TJ:
Pero la Biblia contesta otras dos
preguntas importantes sobre Jesucristo: de dónde vino y qué clase de persona
fue.
¿DE DÓNDE VINO JESÚS?
La
Biblia enseña que Jesús vivió en el cielo antes de venir a la Tierra. Por
ejemplo, además de predecir que el Mesías nacería en Belén, el
profeta Miqueas indicó que su origen tuvo lugar en “tiempos tempranos” (Miqueas 5:2).
De hecho, el propio Jesús dijo en muchas ocasiones que antes de nacer como
hombre había vivido en el cielo (Juan 3:13; 6:38, 62; 17:4, 5).
Allí era una criatura espiritual que disfrutaba de una relación especial con
Jehová.(¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
O sea, primero tenemos una criatura
espiritual que los TJ reconocen como el arcángel Miguel (Aunque los TJ no nos lo expliquen en el
libro que estamos analizando). Dios transfiere su fuerza de vida (la de Miguel)
al óvulo de María, la virgen judía. Miguel desaparece del cielo, y nace como un
humano de María (“El propósito eterno…”, pág 137) que recibirá el nombre de
Jesús. Así, pues Miguel, espíritu en el cielo, se convierte en Jesús, humano en
la tierra. No hay mezcla alguna. Los TJ, nos dirán en otra parte que Jesús fue
"totalmente humano desde su nacimiento hasta su muerte” (Jn 1;14)(Hb
2;9)(Sl 8;4,5) ("La Atalaya" de 15.1.92, pág 21). Dejémoslo ahí.
s/TJ:
Por muchas razones, Jesús es el hijo más
querido de Jehová. La Biblia lo llama “el primogénito de toda la
creación”, pues él fue lo primero que Dios creó (Colosenses
1:15).(¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
Yo creo
que más propiamente, los TJ tendrían que hablar de Miguel y no de Jesús en este
tema, o bien del Hijo. Esto por una parte. Por otra, los TJ dan por sentado que
Miguel, el Hijo de su amor, es la primera cosa que Dios creo aunque no aportan
ningún apoyo bíblico. Por eso, porque lo dan por sentado, entienden que la
Biblia en (Col 1;15) diga que es el “primogénito” de toda la creación con la
interpretación de que es la primera cosa creada. Y los TJ cierran el círculo.
Pero lo cierran en falso, porque en ninguna parte de la Biblia, repito, se dice
textualmente, o de manera clara, que el Padre creó al Hijo, por lo que
“primogénito” puede tener –como de hecho tiene- otra interpretación que sea
compatible con otros aspectos del propio Hijo de Dios.
s/TJ:
Otra cosa que lo hace especial es el hecho de ser el
“Hijo unigénito” (Juan 3:16). Esto significa
que es el único a quien Dios creó directamente. (¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
No se sabe en
qué se basan, pero los TJ han llegado a
la conclusión de que ser hijo unigénito quiere decir ser creado directamente
por Dios. Es una definición que no encontrarán Vds. en ninguna parte, pero los
TJ la aplican al Hijo y la difunden a todo el mundo. Así, pues, a la errónea
interpretación de la palabra “primogénito” que hemos visto en el punto
anterior, le suman ahora la de “unigénito” convirtiendo al Hijo en un ser
creado directamente por Dios, o sea, sin la ayuda de nadie. Es una definición
totalmente errónea que no tiene el mínimo apoyo bíblico.
s/TJ:
También es el único que colaboró con Jehová en la
creación de todas las demás cosas (Colosenses
1:16).(¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
Este punto de
la Biblia, (Col 1;16), no dice que el Hijo “colaboró con Jehová en la creación de todas las demás
cosas” (NM), dice más bien que “por él todas las cosas fueron creadas”. Si se
quiere entender, como hacen los TJ, que el Hijo colaboró con Jehová en la
creación, quiere decir que el Hijo, como un ser creado y por lo tanto aparte de
Jehová, intervino en la creación. Entonces, los TJ tendrán que contestar, pero
muy claro, a la pregunta que lanza el propio Jehová: “Yo, Jehová, estoy
haciendo todo, extendiendo los cielos yo solo, tendiendo la tierra ¿Quién
estuvo conmigo?” (Is 44;24)(NM) “Quién
me ayudó” (se pregunta en el mismo sentido la versión NC)
Para rematar
este versículo, (Col 1;16), hemos de decir que los TJ añaden la expresión “demás”,
manipulando el Texto Sagrado, porque, lógicamente, se ven atrapados en su errónea
interpretación de la personalidad de Jesucristo que les obliga a modificar el
contenido de este y tantos otros versículos de la Biblia.
En efecto, al
considerar al Hijo una creación de Dios, entra en el rango de cosas creadas, y
por lo tanto, los TJ creen que la colaboración del Hijo en este sentido, sólo
podía serlo sobre las “demás cosas”, no sobre “todas las cosas”, porque él,
como la primera cosa, ya estaba creado. Lo
dicho. Si el Hijo, o sea el Verbo, la Palabra, no es una creación de Dios sino que es el propio Dios,
entonces no es que colabore con Dios sino que es el propio Dios el que está
creando y además creando “todas las cosas” no “todas las demás cosas”. Las Sagradas
Escrituras son exactas y todo su contenido se puede interpretar correctamente sin
necesidad de manipular nada. Sólo falta tener buena voluntad y FE.
s/TJ:
Además, se le llama “la Palabra” (Juan 1:14). Este título
muestra que era el encargado de hablar en nombre de su Padre. Seguramente daba
mensajes e instrucciones a los demás hijos de Dios, tanto a ángeles como a
seres humanos.(¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
En el relato de la creación
la palabra de Dios crea. Dios dijo: “sea la luz”; y
fue la luz. (Gn 1;3). Por la palabra de Dios,
fueron hechos los cielos... porque él dijo, y fue hecho (Sl 33;6,9). Envió
su palabra, y los sanó (Sl 107;20). La palabra de
Dios hace lo que él quiere
(Is 55;11). Y es que la Palabra como podemos leer en (Jn 1;1)
es Dios. Se puede por tanto entender, en este sentido, que el Hijo, como Dios,
como la Palabra de Dios, no como un colaborador externo, sino como consustancial
el propio Dios, intervino en la creación. Lo vemos desde el principio del Génesis.
Por lo tanto, la creación es obra del único
Dios, nadie colaboró con Él ni estuvo con Él, nadie le ayudó.
Es casi de risa la interpretación antropomórfica de la Palabra que
hacen los TJ que pintan al Hijo, como un mensajero, casi como un correveidile
pasando instrucciones divinas.
s/TJ:
¿Es el Hijo primogénito igual a Dios, como algunos
creen? Eso no es lo que la Biblia enseña. Como vimos en el párrafo
anterior, el Hijo fue creado. Por lo tanto, es obvio que tuvo un principio,
mientras que Jehová no tiene ni principio ni fin (Salmo 90:2). (¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
Ya he dicho en
el punto anterior, que el Hijo, la Palabra, era Dios. Lo enseña la Biblia en
(Jn 1;1) y en otros muchos puntos (que se pueden encontrar en otros temas de
esta web destinados a ello) y todo lo relacionado con (Col 1;15) quedaba aclarado
en la Biblia. Creer lo contrario, o sea, que el Hijo era una creación de Dios no
nos llevaba a buen fin, sino a la manipulación de la Sagrada Palabra.
Dicen los TJ “como
vimos en el párrafo anterior”. En el párrafo anterior no hemos visto nada, si
acaso que la interpretación de la creación del Hijo no responde a lo que dice
la Biblia porque nos obliga a echar mano de la manipulación y el engaño. Y además
esta interpretación no se explica de donde sale, sino que se da por aceptada
previamente. Falta que los TJ muestren abiertamente antes de cualquier interpretación, dónde en
la Biblia dice que Dios creó a su Hijo.
s/TJ:
Al Hijo unigénito ni siquiera se le ocurrió
tratar de igualarse a su Padre. La Biblia enseña claramente que el Padre
es mayor que el Hijo (Juan 14:28;1 Corintios
11:3). Solo Jehová es el “Dios Todopoderoso” (Génesis 17:1). Por
consiguiente, no tiene igual.(¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
¿Cómo que ni
siquiera se le ocurrió?: “Yo y el Padre somos uno” (NM) o “una cosa” (CV) o “una
sola cosa” (NC) (Jn 10;30) “El Padre está en mí y yo en el Padre” (NC)(CV)(Jn
10;38) ¿no es acaso igualarse a Dios, no es ponerse a su mismo nivel? Los judíos
lo entendieron perfectamente ya que a continuación quisieron apedrearlo: “Por ninguna obra buena te apedreamos,
sino por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios”
Los
TJ no pueden explicar estos versículos sino es manipulándolos.
Sin
embargo, sí que podemos entender que Jesús (como Verbo encarnado) ya que Juan
no disocia estas dos realidades, se proclame inferior al Padre (Jn 14;28) no por
su naturaleza divina, sino por su naturaleza humana, cuando dice que “el Padre
es mayor que yo”. Es lo que era. Ahora dice que va al Padre y de nuevo su
gloria será completa (Jn 17;5)
s/TJ:
Jehová y su Hijo primogénito disfrutaron de una
relación muy estrecha durante millones y millones de años, mucho antes de la
creación de las estrellas y la Tierra. ¡Qué gran amor deben de haberse tenido!
(Juan 3:35; 14:31.) Este Hijo
querido era tal como su Padre. Por esa razón, la Biblia dice que él es “la
imagen del Dios invisible” (Colosenses
1:15). En efecto, igual que los hijos suelen parecerse a sus padres de
muchas maneras, este Hijo celestial de Dios también reflejaba las
cualidades y la personalidad de su Padre.(¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
“El Hijo es la
imagen del Dios invisible” (Col1;15)(NM)(NC). “El Hijo es la imagen de su
substancia” (NC) “El Hijo… es la representación exacta de su mismo ser” (NM) (Heb
1;3) “Cristo es la imagen de Dios” (NM)(NC) ¿Cómo puede ser una cosa creada
imagen de su creador, imagen de la substancia de su creador, representación
exacta de su mismo ser, imagen de Dios…? No estamos hablando de banalidades, de
que un niño se parece a su padre en los gestos o en las palabras… estamos
hablando de imágenes exactas de un ser que es Dios y creador…
s/TJ:
El Hijo unigénito de Jehová dejó
voluntariamente el cielo para venir a la Tierra y ser hombre. Pero quizá usted
se pregunte: “¿Cómo fue posible que un espíritu naciera como ser humano?”. Pues
bien, Jehová realizó un milagro. Hizo que la vida de su Hijo primogénito,
que estaba en el cielo, pasara a la matriz de una virgen judía llamada María.
Puesto que no intervino ningún padre humano, ella dio a luz un hijo
perfecto, al que puso por nombre Jesús (Lucas 1:30-35).¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
Ya hemos
hablado de este tema.
s/TJ:
¿QUÉ CLASE
DE PERSONA FUE JESÚS?
Todo lo que Jesús hizo y dijo mientras estuvo en la
Tierra nos ayuda a conocerlo bien. Y, lo que es más, por medio de él
podemos conocer mejor a Jehová. ¿De qué manera? Recuerde
que este Hijo es la viva imagen de su Padre. Por eso le dijo a uno de sus
discípulos: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9). En los
cuatro libros de la Biblia que se conocen como los Evangelios —Mateo, Marcos,
Lucas y Juan—, hallamos mucha información sobre la vida, las obras y las
cualidades de Jesucristo. (¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
Los TJ mienten
cuando nos dicen que en (Jn 14;9) las
palabras de Jesús son: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también.”
Este “también” sobra. Los TJ lo colocan precisamente para hacer imposible
aquellas palabras de Jesucristo que hemos visto más arriba: “El padre y yo
somos una sola cosa” (Jn 10;30) (NC) en el sentido de tener la misma naturaleza
divina. Los TJ se empeñan en que el Padre y el Hijo son dos personas diferentes,
de distinta naturaleza creador el uno y creado el otro. Pero la Sagrada
Escritura no les apoya y por esto han de manipular el texto.
s/TJ:
A Jesús se le llamaba “Maestro” (Juan 1:38; 13:13). ¿Qué era lo
que enseñaba? Principalmente, proclamaba el mensaje de “las buenas nuevas del
reino”, es decir, las buenas noticias sobre el Reino de Dios. Este gobierno
regirá toda la Tierra desde el cielo y derramará un sinfín de bendiciones sobre
los seres humanos que sean fieles a Dios (Mateo 4:23). ¿De quién
procedía este mensaje? Jesús mismo lo dijo: “Lo que yo enseño no es mío,
sino que pertenece al que me ha enviado”, o sea, a Jehová (Juan 7:16). El Hijo
sabía que su Padre deseaba que la gente oyera las buenas nuevas del Reino de
Dios. En el capítulo 8 veremos
más detalles acerca de este gobierno y de lo que logrará.
(¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
Pues cuando
analicemos el capítulo 8 hablaremos de este Reino de Dios que los TJ han
trastocado totalmente, convirtiéndolo no en un Reino, sino en un gobierno que regirá la Tierra desde
el cielo, ya que los TJ se han inventado un destino eterno para la práctica
totalidad de la humanidad que se salve después de la muerte, y que se ubicará
en esta misma tierra.
s/TJ:
¿Dónde enseñaba Jesús? En cualquier
lugar donde hubiera gente: tanto en el campo como en las ciudades, los pueblos, los
mercados y las casas. Jesús no se sentaba a esperar a que las personas
acudieran a él, sino que iba a buscarlas (Marcos 6:56;Lucas
19:5, 6). ¿Por qué dedicó tanto tiempo y esfuerzo a predicar
y enseñar? Porque esa era la voluntad de su Padre, y Jesús siempre la cumplió (Juan
8:28, 29). Pero había otra razón, y era que sentía compasión
por las multitudes que iban a verlo (Mateo
9:35, 36). Los líderes religiosos deberían haberles enseñado
la verdad sobre Dios y sus propósitos, pero las habían dejado
abandonadas. Sin embargo, Jesús sabía cuánto necesitaban escuchar el mensaje
del Reino.
Jesús fue un hombre tierno, cariñoso y de gran
corazón. Trataba a la gente con sencillez y amabilidad, y hasta los niños se
sentían cómodos a su lado (Marcos
10:13-16). No mostraba favoritismo. Odiaba la corrupción y la injusticia (Mateo
21:12, 13). En una época en la que se mostraba poco
respeto y consideración a las mujeres, él las trató con dignidad (Juan 4:9, 27). Jesús era
humilde de verdad. En cierta ocasión les lavó los pies a los apóstoles,
una tarea que solían realizar los criados de menor categoría.
Jesús sentía compasión por las personas que sufrían,
como lo demostró especialmente cuando realizó curaciones milagrosas con el
poder del espíritu de Dios (Mateo 14:14). Por ejemplo,
un leproso lo buscó y le dijo: “Si tan solo quieres, puedes limpiarme”. Jesús
sintió en su propio corazón el sufrimiento de aquel hombre. Compadecido,
extendió la mano, lo tocó y le dijo: “Quiero. Sé limpio”. ¡Y el enfermo sanó! (Marcos
1:40-42.) ¿Se imagina usted cómo debió sentirse aquella persona?
FIEL
HASTA EL FINAL
Jesús es el mejor ejemplo de obediencia y lealtad a
Dios. En toda circunstancia permaneció fiel a su Padre celestial, a pesar
de soportar todo tipo de oposición y sufrimientos. Rechazó con firmeza las
tentaciones de Satanás (Mateo 4:1-11). Hubo un
tiempo en que algunos de sus propios parientes no creyeron en él. Incluso
llegaron a decir: “Ha perdido el juicio” (Marcos 3:21). Pero Jesús
no se desanimó y siguió efectuando la obra de Dios. Cuando
sus adversarios lo insultaron y agredieron, siempre supo contenerse y
no intentó hacerles daño (1 Pedro
2:21-23).
Jesús fue fiel hasta la muerte, una muerte cruel y
dolorosa a manos de sus enemigos (Filipenses
2:8). Piense en lo que soportó el último día de su vida como hombre. Tuvo que
aguantar que las autoridades lo arrestaran, que testigos falsos lo acusaran,
que jueces corruptos lo condenaran, que la gente se burlara de él y que
los soldados lo torturaran. Clavado en el madero, exclamó con su último
aliento: “¡Se ha realizado!” (Juan 19:30). Tres días
después, su Padre celestial lo resucitó como criatura espiritual (1 Pedro
3:18). Al cabo de pocas semanas regresó al cielo, donde “se sentó a la
diestra de Dios” a la espera de recibir el poder para reinar (Hebreos
10:12, 13).
¿Qué logró Jesús al permanecer fiel hasta el final?
Su muerte abrió el camino para que podamos vivir eternamente en un paraíso
terrestre, tal como Jehová se propuso desde un principio. En el próximo
capítulo veremos cómo logra la muerte de Jesús que
esta esperanza se haga realidad. (¿Qué enseña... ? CAPÍTULO 4 (PÁG 37 – 46)
Análisis:
Los TJ fijan la edad de 33 y ½ años para
Jesucristo cuando murió, enseñando que Jesús nació el 1/10/2 aC y murió el
1/4/33, lo que representa exactamente 33 y ½ años.
Sin embargo, los estudios más recientes fijan la edad entre 36 y 37 años. (Nació el 7 o 6 antes de nuestra era -no más tarde- y murió como más probable el año 30) (Diccionario de la Biblia). Jesús nació antes de la muerte de Herodes el Grande (Mt 2;1)(Lc 1;5) y se acepta que éste murió en la primavera del año 750 de la era romana ("ab urbe condita"), es decir, en el año 4 aC. Jesús, tenía seguramente, en este momento, casi dos años.
Si nos atenemos al año 30 como el más
probable de su muerte, entonces tendremos que la edad de Jesús al morir era de
36 ó 37 años (2 ó 3 + 4 + 30)
Si, como dicen los TJ, Jesucristo murió en el año 33 dC, tendría, entonces, unos 38 años.
Los TJ indican que son “algunos
cronólogos” los que sostienen que Herodes murió en 4 aC. Sin embargo, cualquier
libro de historia del siglo XX y XXI que se consulte indica esta fecha como la
más probable. Ante esta actitud de los TJ, es difícil tener en cuenta
seriamente sus propuestas.