domingo, 27 de septiembre de 2015

¿ES POSIBLE CONOCER A DIOS?

¿ES POSIBLE CONOCER A DIOS?

s/TJ:

“La Biblia reconoce que hay aspectos de Dios que a los humanos nos cuesta entender. Entre ellos figuran su eterna existencia, su mente brillante y su inmensa sabiduría”. Refiriéndose al primero de ellos, a la eternidad,  dicen los TJ que la Biblia enseña que Dios existe “desde siempre y por toda la eternidad. Es decir, no tuvo principio ni tendrá fin, existirá siempre”. (“La Atalaya” 1 Octubre 2015 (pág 12-13)).
Análisis:

Sólo una observación en este aspecto de Dios que presentan los TJ. En el libro de Isaías (44;6), se puede leer: “Así habla Yavé, el rey de Israel, su redentor, Yavé Sabaot. ‘Yo soy el primero y el último’ y no hay otro Dios fuera de mí”. Esta expresión “Yo soy el primero y el último”, declara solemnemente su eternidad. La fórmula, que también se expresa en (Is 48;12), quedará estereotipada en la literatura rabínica posterior y será recogida por el autor del Apocalipsis (Revelación).

Así tenemos que estos títulos que expresan la eternidad, y que en las Escrituras Hebreas (Antiguo Testamento) están aplicados a Yavé, o sea, a Dios, aparecen tres veces en el  Apocalipsis: (Ap 1;18) (Ap 2;8) y (Ap 22;13) pero esta vez, en los tres casos, aplicados claramente a Jesucristo:

(Ap 1;18)        "Primero y último"             Aplicado a Jesús  
(Ap 2;8)          "Primero y último"             Aplicado a Jesús  
(Ap 22;13)      "Primero y último"             Aplicado a Jesús  

Por otra parte, tenemos también en la Biblia estos títulos sinónimos: "Alfa y omega" que, a su vez, también los encontramos en el Apocalipsis (Revelación) aplicados no solo al Creador, sino también a Jesucristo:

(Ap 1:8)          "Alfa y omega"                 Aplicado a Dios
(Ap 21;6)        "Alfa y omega"                 Aplicado a Dios    
(Ap 22;13)      "Alfa y omega"                 Aplicado a Jesús 

Los TJ no quieren aceptar, ni con estos títulos tan claros aplicados a Jesucristo, que el Hijo de Dios, por ser Dios, es igualmente eterno que el Yavé de las Escrituras hebreas.  E interpretan estos versículos a su manera –contrariamente a lo indicado en (Ap 22;18,19)- evitando aceptarlos tal cual se desprenden del texto sagrado para no tener que entrar, por este y tantos otros puntos de la Biblia, en la consideración, entre otras cosas, del tema de la  Santísima Trinidad

s/TJ:

El hecho de que no podamos  comprender todo sobre Dios no significa que no podamos llegar a conocerlo. En la Biblia hallamos  abundante información que nos enseña mucho de él. Veamos el ejemplo de su nombre. La Biblia enseña que Dios mismo escogió su nombre, pues dijo: "Yo soy Jehová. Ese es mi nombre". Este nombre aparece más de siete mil veces en la Biblia, mucho más que cualquier otro (Isaías 42:8). En su oración modelo, Jesús dijo: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre" (Mateo 6:9). Por eso, use el nombre de Dios al orarle. Jehová está dispuesto a salvar a toda persona que respete su nombre (Romanos 10:13). (“La Atalaya” 1 Octubre 2015, pág 13).

Análisis

Digamos, en primer lugar, que Jesucristo no emplea el nombre de Jehová en ningún momento de su ministerio porque así lo atestiguan los Evangelios y a pesar de que los TJ nos digan: “Jesús dio a conocer el nombre de Dios empleándolo en su ministerio” (La Atalaya 1/3/2019, pag 3-9).

¿Y cómo prefiere Jesús que se llame a Dios cuando nos dirijamos a Él? Los propios textos de los Evangelios nos lo dicen: “Cuando oréis, decid: Padre..." (Lc 11;2);  "Vuestro Padre sabe muy  bien lo  que necesitáis... Así pues,  orad de  esta manera: Padre nuestro...  " (Mt 6;8-9). ¿Es  que cuando un hijo se dirige a su padre es  más adecuado que le llama Ramón o  Juan o Pedro, en vez de ¡Padre!? ¿Es que un hijo  por el hecho de llamar ¡Padre! a su padre natural no se siente cerca de él?  ¿Acaso un niño, aunque sepa  cómo se  llama  su padre  o su  madre,  cuando se  encuentra delante de  cualquier peligro  no le sale  de su  corazón: ¡mamá!, ¡papá!?

El apóstol Pablo  dice que los cristianos al tener  el espíritu de Dios claman: "Abba Padre", no claman Jehová o  Yahweh.  (Rm 8;15) (Gl 4;6).   El propio Jesús unas horas antes de  ser ajusticiado, estaba  en el  huerto  de  Getsemaní y  oró  clamando  a su  Padre diciendo: "Abba Padre, todas las  cosas te son posible; remueve de mí esta copa" (Mc 14;36). Y bien, ¿qué  significa la  palabra "abba"? Lo  más entrañable y cariñoso de  un  hijo  hacia  su progenitor.  Proviene del arameo y  encierra el sentido de "papá"; algo muy apropiado para dirigirse a Dios. Ni su última exclamación cuando estaba en la cruz a punto de expirar fue dirigida a Jehová, sino a ¡Padre!

Pero es que para rematar el tema podríamos preguntarnos ¿Qué pronunciación consideran los TJ como más correcta?  En la página 25 del prefacio de la Traducción del  Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas en  inglés, publicada por  la Sociedad Watch Tower Bible and Tract  en  1950, los  traductores  declararon que   se inclinaban a "considerar la pronunciación 'Yahweh' como  la manera más correcta".  ("La Atalaya" de 1.12.64, pág 711) Ver también (Usted puede vivir… pág 43 y 44).  Por otra parte reconocen que “Toda persona desea no solamente que su nombre sea tratado con el debido respeto, sino también, que se pronuncie correctamente” (“Santificado sea tu nombre”, pág 15)

Así, pues, los TJ dan a conocer una pronunciación del  nombre de Dios que saben sobradamente que es falso y además se empeñan en que Jesucristo lo utilizaba en su ministerio cuando éste el único nombre que empleo fue el de “Padre”. Los Evangelios son el único testimonio de ello y es fácil comprobarlo.

s/TJ:

La Biblia enseña que hay dos mundos: uno espiritual, en el que solo habitan criaturas espirituales, y otro físico, formado por la Tierra y el universo (Juan 8:23; 1 Corintios 15:44). La palabra cielos se usa en la Biblia para hacer referencia a la región espiritual. La morada del Creador está en esos cielos (1 Reyes 8:43). Al saber esto, es más fácil entender cómo es Dios. El Creador no es una fuerza desconocida que está en todas partes. Jehová es una persona que vive en un lugar real. Pero desde allí ve todo, "no hay creación que no esté manifiesta a la vista de él" (Hebreos 4:13). (“La Atalaya” 1 Octubre 2015, pág 13-14).

Análisis:

Aunque el pensamiento actual de los TJ sobre este tema es el que se acaba de exponer, es interesante conocer que, Rutherford, el que fue segundo líder de los Testigos de Jehová, determinó el lugar preciso  dónde está Dios: "la estrella Aleyone de la constelación de Las Pléyades, es la sede de su trono eterno" ("Réconciliation", pág 12) Supongo que después los TJ reconocerían su error, ya que en 1953 anunciaron: "No es sabio fijar el punto de Su trono".

Y analizando la doctrina actual de los TJ, me parece una enorme tontería que aunque hablemos de Dios como una persona, queramos fijarle un lugar concreto de residencia en alguna parte de los cielos. Dios –por su infinidad  e inmensidad- está presente en todas las cosas y lugares por esencia, presencia y potencia. Y que Dios es infinito e inmenso, está reiteradamente expuesto en las Sagradas Escrituras. He aquí algunos textos impresionantes, que podrían multiplicarse con abundancia:

«¿Dónde podría alejarme de tu espíritu? ¿Adónde huir de tu presencia? Si subiera a los cielos, allí estás tú. Si bajare a los abismos, allí estás presente. Si, robando las plumas a la aurora, quisiera habitar al extremo del mar, también allí me cogería tu mano y me tendería tu diestra. Si dijere: «Las tinieblas me ocultarán, será la noche mi luz en torno mío», tampoco las tinieblas son densas para ti, y la noche luciría como el día, pues tinieblas y luz son iguales para ti» (Sl 139;7-12).

«¿Soy yo, por ventura, Dios sólo de cerca? Palabra de Yavé. ¿No lo soy también de lejos? Por mucho que uno se oculte en escondrijos, ¿no le veré yo? Palabra de Yavé. ¿No lleno yo los cielos y la tierra? Palabra de Yavé»  (Jer  23;23-24)

«¿Crees tú poder sondear a Dios, llegar al fondo de su omnipotencia? Es más alto que los cielos. ¿Qué harás?  Es más profundo que el abismo. ¿Qué entenderás? Es más extenso que la tierra, más ancho que el mar» (Job 11;7-9) 

Dios no  es sólo eterno (Rm  16;26) (1Tim 1;17), sin  principio ni fin, trascendente al tiempo e invisible (Jn 1;18) (1Tim 6;16), sino que también es, explícitamente, espíritu, "es el Gran Espíritu, aquél cuya existencia es eterna" (Jn 4;24) (Sl 90;1-2) , por lo cual no está atado al tiempo y al espacio.

¿Pero no se dice en la Biblia:  "...los cielos y los cielos de los cielos no son  capaces de contenerte" (1Re 8;27)  (2Par 2;6) (2Par 6;18);  "...¿Adónde  huir de  tu  presencia? (Sl  139;7-12).  Ver también: (Jr 23;23-24) (Jb 11;7-9) (Hech 17;24) (Hech 17;  27-28).


«El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, ése, siendo Señor del cielo y de la tierra... No está lejos de nosotros, porque en El vivimos y nos movemos y existimos» (Hech 17;24 y 27-28). Y es que Dios, como espíritu, está en todas partes.