martes, 10 de noviembre de 2015

¿TIENE FUTURO LA RELIGIÓN?


Los TJ presentan en (¡Despertad! de Noviembre 2015, pág 3 al 6) un artículo que han titulado ¿Tiene futuro la religión?

En primer lugar, decir que Los TJ nos ofrecen unos datos tomados en su mayor parte de “Global index of Religion and Atheism” (Índice mundial de religión y ateísmo 2012) preparado por Gallup internacional. Los sondeos se realizaron en 57 países que representan el 73 % de la población mundial. Entre ellos también España.

Ya que los TJ no han ofrecido la información de este país en concreto y la de la población mundial, la presento a continuación, para completar la información facilitada por los TJ, al menos para los españoles.

Según el estudio, el 59% de la población mundial se considera a sí misma como religiosa. El 23% de los habitantes del planeta se tiene por no religioso. En España el 52 % de la población se considera religiosa, el 38% como no religiosa y el 9% como atea. Lo que el estudio no revela es por qué el porcentaje de ateos no es más alto en España en comparación a otros países de la zona; la respuesta reside en que entre 2005 y 2012 algo ha sucedido en España: la afluencia de inmigrantes hispanoamericanos, que en su mayoría se consideran religiosos, ha hecho descender el porcentaje de ateísmo (más alto entre la población autóctona).

De todas maneras, y siguiendo con España, sobre el tema de la religión hay encuestas para todos los gustos. El pasado mes de abril –tomo los datos del periódico “La Verdad” de Murcia del 15 de abril- se publicó otra encuesta, similar a la anterior, también de Gallup internacional, y realizada en 68 países, donde los resultados para España son completamente diferentes, a peor, de los correspondientes al sondeo efectuado en 2012. Y así tendríamos para España; un 37% de los encuestados se consideraron religiosos, un 35% como no religiosos, un 20% ateos convencidos y un 8% no respondió. El país queda, así, en decimoquinta posición de los menos religiosos de los integrantes del estudio.

Visto esto, y aceptando porque es un hecho clarísimo, que por diversos motivos, digamos coyunturales, actualmente disminuye en prácticamente todos los países del mundo el porcentaje de la población que se considera religiosa, no nos hemos de poner nerviosos. Es verdad, que resulta imposible predecir el rumbo que va a seguir la fe en las próximas décadas, pero al examinar lo que sabemos de la religión podemos encontrar pistas de lo que puede pasar. Y la conclusión a la que llegan diversos estudios que circulan por internet es bastante positiva. Podéis ver, por ejemplo:

“¿Desaparecerá alguna vez la religión?” www.bbc.com/mundo/noticias/2015/
Y también “Crisis del cristianismo ¿triunfo del ateísmo?” www.apologia21.wordpress.com/2013

Es, pues, necesario, no poner más madera al fuego y recordarle, ¡otra vez!, a los TJ, que ellos también forman parte de una religión cristiana. ¿O ya no se acuerdan de su fundador, C.T. Rusell que la considero nada menos que “nuestra santa religión” (s/“Anuario de 1975”, pág 38) y que en (“La Atalaya”, 1955, págs. 405) se asegura que  “…la religión co­rrecta que queda es la de los Testigos de Jehová”.

Después de este preámbulo, veamos el análisis de este artículo.

s/TJ:

Los TJ escriben, al final de la primera columna de la pág 4 y con relación al apartado “¿Por qué abandonan la religión? Mejora de la situación económica. LO QUE DICE LA BIBLIA”, que “las Escrituras ya decían que ‘en los últimos días’ el amor al dinero y los placeres reemplazarían al amor de Dios y la gente (2Tim 3;1-5)”

Análisis:

Algo de esto dicen estos versículos de (2Tim 3;1-5), pero Pablo habla aquí de hombres perversos (v2-4) que surgirán en los últimos días (v1) y que tendrán “apariencia de piedad” aunque en realidad estarán muy lejos de ella (v5) y que “se introducen  en las casas” (v6). ¿A quiénes se refiere aquí Pablo? Vale la pena leer todo el fragmento bíblico propuesto. Esos “últimos días”, conforme al significado corriente de la expresión (Is 2;2) (Hech 2;17) (1Tim 4;1), es la era mesiánica en que vivimos, último período de la historia humana. Pablo no sabe si ese período será largo o corto (1Tes 5;1-11), lo que sí sabe, pues ya lo había anunciado Jesucristo (Mt 24;11-12) (Lc 18;8), es que antes de la parusía o final de ese período surgirán hombres perversos, seudoprofetas con apariencia de piedad, con peligro de seducir incluso a los elegidos, si ello fuese posible. Conviene, pues, vivir vigilante. Es lo que Pablo encarga a Timoteo.

Ante estas palabras de Jesucristo y de Pablo, es interesante no perder de vista a los grupos religiosos que han aparecido en esos últimos años (“últimos días”). Así, por ejemplo, desde finales del siglo XIX hasta nuestros días, total unos ciento treinta años, podemos contar más de mil, entre ellos alguno muy activo. ¡El que tenga oídos, que oiga!

s/TJ:

Los TJ escriben, al final de la segunda columna de la pág 4 y con relación al apartado “¿Por qué abandonan la religión? Tradiciones religiosas y moralidad. LO QUE DICE LA BIBLIA que Jesucristo dio una advertencia con respecto a los falsos maestros: ‘…Todo árbol bueno produce fruto excelente, pero todo árbol podrido produce fruto inservible (Mt 7;15-18)”. Ese “fruto inservible” incluye entrometerse en la política…”

Análisis:

Dicen los TJ que “Jesús no intervenía en las cuestiones sociales y políticas de su tiempo” (La Atalaya 1 de Junio de 2009, págs 12-15).

Leyendo el Nuevo Testamento o Escrituras Griegas, es patente que la muerte de Jesús, en parte, fue dictada precisamente por motivos de esta índole.

En toda la historia de Israel, narrada en el Antiguo Testamento, apenas si existe frontera entre religión y política.

Y no son pocas las referencias a las estructuras de la sociedad y al poder político que encontramos en el Nuevo Testamento. Y, por otra parte, Jesús se refiere a nor­mas de vida política: todo reino internamente dividido perece (Lc 11,17); un rey debe calcular sus fuerzas antes de hacer la guerra (Lc 14,31-32); los que cogen la espada perecerán por la espada (Mt 26,52); los hijos de los reyes no pagan tributos (Mt 17,24-27). Enuncia una norma de justicia social: el traba­jador tiene derecho a su salario (Lc 10,7). Dedica una acerba ironía a los tiranos de su tiempo (Lc 22,25). Responde, en fin, a la malintencionada pregunta de los fariseos y los herodianos situando al César y a sus tributos en el campo de «lo que no es de Dios» (Mt 22,21), dando pre­texto con ello a que más tarde se le acuse de prohibir que se pague tributo al Imperio (Lc 23,2).

No deja de ser significativo que Jesús no fuera nunca solici­tado ni acusado de colaboracionismo con los ocupantes. A primera vista parecería que su actitud se prestaba a ello: un hombre que, en su patria ocupada y ansiosa de liberación, anuncia que no ha de venir ningún mesías guerrero, predica una religión universal e inculca el amor a los enemigos, debiera haber atraído la simpa­tía del gobierno ocupante y de sus colaboradores, saduceos y he­rodianos. Ocurre, sin embargo, todo lo contrario: los sumos sacer­dotes y los fariseos deciden la muerte de Jesús porque, si no, «todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro santuario y nuestra nación» (Jn 11;48); y, a su vez, Pilato lo condenará bajo la inculpación jurídica de rebeldía contra el Im­perio (Jn 19;12). ¿Cómo explicar tan sorprendente hecho? Por una parte, sin duda, porque Jesús entronca claramente, aunque dándoles un nuevo sentido, con las esperanzas mesiánicas de Is­rael, e incluso elige sus discípulos en los círculos en que esta expectativa era más intensa (uno de ellos, al menos, Simón, parece que era un zelota) (Lc 6;15). Por otra parte, porque las constantes críticas de Jesús a los ricos y los poderosos y su independencia ante las autoridades hacían imposible, sin duda, contarlo entre sus partidarios. (Lc 6;15) (Lc 13;32)

Que los cristianos no sean parte de este mundo, no quiere decir que los cristianos no deban intervenir en las cuestiones sociales y políticas de su ambiente. Si esto es “entrometerse”, como dicen los TJ, Jesucristo no lo entendió de esta manera.

s/TJ:

Los TJ escriben, al final de la primera columna de la pág 5 y con relación al apartado “¿Por qué abandonan la religión? La ambición de las iglesias. LO QUE DICE LA BIBLIA”, que el apóstol Pablo escribió: “Nosotros no andamos negociando con el mensaje de Dios” (2Cor 2;17) Lógicamente, los TJ a continuación se explayan acerca de todas sus virtudes alrededor de este tema.

Análisis:

No digo que no haya una cierta dosis de verdad en sus palabras de reproche hacia la forma de vida de algunos obispos, he dicho algunos no muchos como ellos nos dicen, pero lógicamente es un comportamiento que no está aceptado y, por ello, se está intentando corregir. Pero, aunque podría hacerlo, no voy a caer en aquello de “y tú más…”. Sólo recordar a los TJ de a pie que si la Watch Tower es tan perfecta en este apartado y no anda en negocios con el mensaje de Dios ¿Por qué muchos (repito “muchos”) TJ se quejan de la falta de transparencia en la información económica de la sociedad que sólo habla de gastos y más gastos que se deben cubrir? ¿Qué pasa con la financiación de los Salones del Reino? ¿Y con las cuotas de las congregaciones? ¡Y que conste que yo no he sacado el tema de la mayor o menor importancia que la religión le da al dinero!

s/TJ:

Los TJ, en la pág 5, en el apartado que titulan “Estaba predicho que la gente abandonaría la religión” nos explican el origen y su significado de la expresión en el Apocalipsis de Babilonia la Grande y a continuación, en el apartado “Sálganse de ella”, nos animan (a los que no somos Testigos de Jehová) a abandonar nuestra religión, nuestra fe, y abrazar la de los TJ que consideran está fundamentada en una adoración limpia y pura que llenará la Tierra y durará para siempre.

Análisis:

Los TJ, nos dicen que en vista del castigo que espera a Babilonia la Grande, amorosamente la advertencia de Dios “sálganse de ella” (Ap 18;4), va dirigida a la gente de Babilonia que pertenece a cualquier religión que no sea la de los Testigos cristianos de Jehová y que están molestos con las mentiras de la religión y quieren acercarse a él. Deben abandonar su religión y unirse, cuanto antes, a las filas de los TJ, única religión verdadera.

Pero esto no es así. Esto no es lo que dice la Biblia. La Biblia nos dice que en Babilonia la Grande, no todos participan de su impiedad. También moran allí muchos que pertenecen al pueblo de Dios (los TJ, claro) así como en la antigua Babilonia moraban los hijos de Israel. Pues a estos, a los TJ, si ellos se consideran la religión verdadera, se dirige la voz del cielo cuando dice: “Sálganse de ella, pueblo mío (v4)”, ordenando a los fieles que abandonen la ciudad para no contaminarse con sus pecados, no sea que les pueda alcanzar el castigo. O bien les manda salir de la gran urbe para que no se vean materialmente envueltos en las malas obras de los infieles y descarguen también sobre ellos los grandes castigos que se abatirán sobre Roma. En nuestro caso, la exhortación de Juan pudiera también tener un sentido moral, en cuanto que aconseja a los cristianos aislarse de toda contaminación con los paganos (2Cor 6;14).

Si los TJ creen que se cumple ahora esta advertencia, ya saben lo que tienen que hacer. Jesús mismo manda a sus discípulos que huyan cuando vean que Jerusalén está a punto de ser cercada, y huyeron a Pella en Transjordania (Mt 24;16-20). Y si los TJ se toman en serio sus propias palabras: “Pronto, Dios eliminará de forma repentina las religiones que engañan  y perjudican a la humanidad” (“Buenas noticias de parte de Dios” (2012), pág 26) alguna iniciativa deberían adoptar para al menos aislarse ya de toda contaminación con los paganos… que somos los que no estamos de acuerdo con su doctrina ni mucho menos con las obligación de seguir las instrucciones que emanan de la Watch Tower.