miércoles, 6 de abril de 2016

DE MONJAS A VERDADERAS HERMANAS ESPIRITUALES


DE MONJAS A VERDADERAS HERMANAS ESPIRITUALES

En la “Atalaya de estudio” del mes de abril de 2016, en las páginas 23 a la 26, los Testigos de Jehová explican una “enternecedora” historia de cuatro hermanas que, después de pasar por distintos conventos de monjas en busca de comida a cambio de profesar diversos votos, decidieron seguir su vida por otros derroteros.

Quisiera centrarme en la historia de una de estas hermanas, Felisa, la mayor, persona “muy creyente”. Esta, parece que iba para misionera, pero, según su propio testimonio, las monjas no estaban por la labor y no colaboraron en hacer realidad este deseo, por lo que decidió volver a casa, donde rezaba el rosario todas las tardes con su tío, al que cuidaba, y que era el párroco del pueblo. Por otra parte, “también le gustaba decorar la iglesia con flores y adornar las imágenes de la virgen y de los santos”. No está mal.

Nuestra Felisa se casó y se fue a vivir a Cantabria. ¡Bonita tierra! Un domingo escuchó sorprendida en la misa a la que asistía todas las semanas, que el sacerdote se mostraba muy crítico, “muy enfadado” enfatiza, contra un libro titulado “La verdad que lleva a vida eterna”. Felisa, que ya no sé si en aquel tiempo seguía rezando el rosario, y si seguía decorando iglesias y adornando las imágenes de la virgen y de los santos, sintió un irresistible deseo de conseguir “cuanto antes” un ejemplar de aquel libro.

La casualidad, que muchas veces soluciona inexplicablemente nuestras inquietudes, vino en ayuda de Felisa. Nos cuenta que a los pocos días unos Testigos de Jehová, que en aquel tiempo, dicho sea de paso, todavía no se reconocían como testigos “cristianos”, llamaron a su puerta y le ofrecieron el libro prohibido por el párroco de la parroquia. Yo me imagino este momento como aquél en que, según la Biblia, el diablo -y que me perdonen los testigos de Jehová- ofrecía la manzana a Eva, nuestra madre original. Y como hizo Eva, también Felisa cayó en la tentación. Eva comió de la manzana y dio parte de ella a su pareja Adán. Felisa parece ser que fue más egoísta porque “esa misma noche lo leí”. ¡Se tragó en una sola noche “La verdad que lleva a vida eterna”! Ya es tragar. Dice Felisa que “La verdad enseguida me llegó al corazón” Pero… ¿Qué verdad?

Felisa tiene ahora 91 años y según una nota al final de la historia que aparece en la revista a la que he aludido al principio “continúa sirviendo con celo a Jehová” Me gustaría conocer a Felisa para que me contara, mirándome a los ojos, qué tema o temas de los que  se presentan a lo largo de los 22 capítulos de que consta este libro, le llegó al corazón, y supongo que también a la cabeza, de tal manera que su anterior devoción religiosa se convirtiera, según sus propias palabras, “en un profundo amor por Jehová”.

Felisa tuvo que leer aquella noche de principios de los años 1970, en la pág 8 del libro de marras, que “la Palabra de verdad de Dios nos dice muy claramente que con rapidez nos estamos acercando a un cambio de alcance mundial” y que Dios ofrecerá una serie de bendiciones a favor de la humanidad creyente que acontecerán en la misma Tierra que ahora pisamos y dentro de la actual generación.

Felisa se lo creyó de inmediato e inexplicablemente siguió creyéndoselo cuando seguramente se enteró, a posteriori, que ya se esperaban estos acontecimientos en 1914 y en otras fechas anteriores. ¿Y qué había pasado? ¡Nada! Por eso, en aquellos años, los Testigos de Jehová estaban apostando por un nuevo año, el 1975. Si Felisa se bautizó en 1973, como ella misma nos dice, seguro conocía esta nueva esperanza de las “infalibles” profecías de los Testigos de Jehová ya que el tema fue ampliamente publicitado. ¿Qué ocurrió cuando llegó 1975? De nuevo, como en 1914, ¡nada de nada! Muchos Testigos de Jehová se desilusionaron con toda la razón. Felisa, no. Luego, se insistió en que todas las profecías relacionadas con los últimos días tenían que cumplirse inexorablemente dentro de la generación de 1914, tema que ya exponía el libro que encandiló a Felisa. Pero la marcha del tiempo que es implacable, ya ha hecho cumplir a esta generación ¡más de un siglo de vida! Y Felisa sigue creyendo…

En la pág 13 de “La verdad…” se puede leer que “si una religión acepta la Biblia como la Palabra de Dios, no va a usar ciertas partes de ella y rechazar otras… siendo esto así, la religión que tiene la aprobación de Dios tiene que concordar en todos sus detalles con la Biblia”. Felisa, que según se deduce de sus propias palabras, pocas Biblias había leído o consultado hasta entonces, seguramente consideró estas afirmaciones totalmente lógicas y aceptables, creyendo inocentemente, como repiten una y otra vez los Testigos, que todas las Biblias son iguales. Pero cuando se bautizó en 1973, ¿todavía no se había dado cuenta de que en la Biblia de tapas verdes que entonces manejaban los Testigos de Jehová, o sea, su Traducción del Nuevo Mundo, aparecían decenas de “errores” totalmente provocados por sus editores y modificaciones abominables para hacer coincidir esta Biblia, su Biblia, con la doctrina totalmente ajena a la verdad que iban diseminando por el mundo? Y ahora, con sus 91 años, ¿sigue sin darse cuenta de que cuando, por ejemplo, predica que el Hijo de Dios es un ser creado, está enseñando algo fundamental que no aparece en ninguna parte de la Biblia y que además está en contra de cualquier razonamiento sobre su propia naturaleza? La Biblia de los Testigos de Jehová está saturada de traducciones incorrectas, de palabras añadidas sin ninguna indicación de que faltan en el original, de palabras que pretenden concretar el sentido de una frase o de ser el complemento necesario para su “correcta” interpretación…, etc. Cualquier persona mínimamente instruida sobre la Biblia, conoce todos estos detalles y comprende que esta Biblia está dispuesta para que de ella emane la doctrina -totalmente falsa- que los Testigos de Jehová quieren inocular a la sociedad.

En “La verdad que lleva a vida eterna”, Felisa pudo leer, entre otros, el tema del nombre de Dios. Se sabe de sobras y los propios Testigos de Jehová admiten y reconocen, que Jehová no es la pronunciación correcta de la palabra que en la Biblia designa al nombre de Dios, que es más correcta la pronunciación de Yahvé. ("La Atalaya" de 1.12.64, pág 711) (Usted puede vivir… pág 43 y 44). Aún así, los TJ, fieles defensores  de la  Biblia, interpretes infalibles de la Palabra  de   Dios que  no  aceptan  la  mínima diferencia  de criterio  en sus  interpretaciones, resulta  que en algo que -según  dicen- constituye la primera razón por  la que el Hijo de  Dios vino  a la Tierra:  'dar a conocer  el nombre  de su Padre'  (La Verdad…, pág 127) ("Usted  puede vivir...",  pág 60),  hacen la  concesión de aceptar como nombre de Dios el de 'Jehová', a pesar de "considerar la pronunciación Yahvé como la  manera más correcta", porque la expresión Jehová ha sido conocida de  la  gente  por  muchos siglos...  Sin comentarios... 

En la misma pág 127 de “La Verdad” se puede leer que “Jesucristo no dejó de usar el nombre de su padre, ni lo trató como cosa sin importancia” cuando de hecho, ni en una sola ocasión aparece en su boca el nombre de Jehová, pero sí el de ¡padre!

Y con relación a la Santísima Trinidad, por ejemplo, los Testigos de Jehová, después de una serie de falsas interpretaciones a lo largo de las páginas 22 a 26, se olvidan de citar el más importante versículo sobre este tema, (Mt 28;19), en el que Jesús dice a sus apóstoles: “…Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo...” (NM) Escribir cada uno de los nombres con mayúscula o con minúscula, no cambia el hecho de que todo lo que se hace en nombre de alguien es porque se ha recibido previamente de ese alguien su poder y su autoridad para hacerlo. En este caso, tres son las personas que dan este poder y autoridad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Si el Espíritu Santo, como enseñan los Testigos de Jehová, no es una persona sino una fuerza desprovista de decisión y entendimiento propio, poca autoridad y poder podrá delegar y por lo tanto no podrá bautizarse a nadie en su nombre. En cambio Jesús lo equipara al Padre y al Hijo, luego…

Y así podríamos ir repasando todas y cada una de las páginas de este libro de tapas azules titulado “La Verdad que lleva a Vida eterna” y que tanto encandiló, y sigue encandilando a Felisa. Y en cada uno de los temas que describe podríamos ir señalando la serie de falsedades que en general apoyan su nefasta doctrina.

En esta misma web que está visitando, podrá encontrar todos los principales temas que componen la doctrina de los Testigos cristianos de Jehová y su correspondiente análisis. Solo le pido que antes de aceptar una doctrina, sea católica o de los Testigos de Jehová o de cualquier grupo protestante en general, revise uno a uno los versículos bíblicos que la apoyan y, si es posible, lo haga en más de una Biblia. Si las Biblias que consulta dicen cosas diferentes o incluso contradictorias, no se escandalice y no tenga prisa en decidir definitivamente. Siga sus revisiones, no pierda la esperanza. Pero que su vida no se atasque en esta empresa. Su vida ha de seguir, sobre todo, amando a las personas que en cualquier momento usted comprenda que le necesiten, como Jesucristo hizo -hasta el extremo- con cada uno de nosotros. Yo creo que esta será la mejor manera de demostrar que -quizá sin entenderla en toda su profundidad- ha comprendido y asimilado el mensaje sublime que Dios le quiere hacer llegar a través de la Biblia.