jueves, 8 de septiembre de 2022

VA A HABER RESURRECCIÓN ASÍ DE JUSTOS COMO DE INJUSTOS

s/TJ:

“Dios… ha nombrado a Jesús juez para impartir justicia tanto a los vivos como a los muertos (Hech 10;42) (Hech 17;31) Jesús resucitará durante el Día del Juicio a quienes hayan muerto sin haber conocido al Dios verdadero para que tengan la oportunidad de conocerlo y desarrollar amor por él (Hech 24;15)” (La Atalaya 1/5/2015, pág 16)

Podemos leer la referencia aportada, en la Traducción del Nuevo Mundo: Pablo dice: “Creo todas las cosas expuestas en la Ley y escritas en los Profetas; y tengo esperanza en cuanto a Dios esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de JUSTOS como de INJUSTOS” (Hech 24;15)

¿Quiénes son los “justos”? Pensemos en un hombre justo: Daniel. Él fue un profeta fiel a quien Dios le dijo al final de su vida: “Descansarás, pero te pondrás de pie para tu porción al fin de los días” (Daniel 12:13). ¿Dónde despertará Daniel de la muerte? La Biblia afirma: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Salmo 37:29). Además, Jesús predijo: “Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra” (Mateo 5:5). Tanto Daniel como otros siervos fieles resucitarán para vivir de nuevo en la Tierra, y tendrán la oportunidad de disfrutar de vida eterna.


¿Y quiénes son los “injustos”? Son los miles de millones de personas que murieron sin tener la oportunidad de conocer y vivir según las enseñanzas de la Biblia. Cuando resuciten, aprenderán quiénes son Jehová y Jesucristo, y podrán llegar a amarlos (Juan 17:3). Los que decidan servir a Dios vivirán mientras Jehová viva: para siempre. (La Atalaya 1 de agosto de 2015, pág 6) (“La Atalaya” 1/6/2014, pág 10,11).

Análisis:

Releamos, en primer lugar, el contexto de Hech 24;15 para tratar de entender con la máxima exactitud las palabras de Pablo. Por ejemplo: (Hech 24;16 y 21), (Hech 26; 6-8) y (Hech 23;6-11). En este último párrafo, se dice que Pablo está defendiendo la doctrina en la que creen los fariseos y en la que cree él. Y en el v. 11 se dice que el Señor lo anima en este testimonio. ¿Y en qué creían los fariseos? Pues, entre otras cosas, en la resurrección de todos los muertos y en la retribución según las obras.

¿Quiénes son estos JUSTOS e INJUSTOS que van a resucitar? Y, como es lógico, con relación a la tierra, a todas las naciones, a todos los hombres y a todos los tiempos.  Hemos de seguir en la Biblia para poder conocer exactamente –según la Palabra de Dios- quiénes son los JUSTOS y quiénes son los INJUSTOS.

Previamente, tres observaciones:

1)   En el libro "¿Qué enseña realmente la Biblia?" de los TJ, pág 91, apartado 11, se puede observar que tras la palabra "inicuos" del versículo (Sl 92;7) que reproducen, aparece la aclaración "(malos)".  Por lo tanto: inicuo = malo.

2)   En el libro “Usted puede creer…” de los TJ, pág 171, apartado 15, se considera “injusto” al que “hace cosas malas”. Por lo tanto: injusto = malo, inicuo.

3)   Hay puntos de los folletos y libros de los TJ en los que se dice que los “injustos” serán "cortados” aduciendo para demostrar su enseñanza: (2Pe 2;9) “Jehová sabe reservar a personas injustas para el día de juicio para ser cortadas” ("La Atalaya" de 1.9.93, pág 7).

Buceemos en la Biblia para conocer quiénes son unos y otros. Así tenemos que en (Mt 5;45) puede verse como JUSTOS e INJUSTOS se equiparan a “buenos” y “malos”, ya que se contraponen los “buenos” (JUSTOS) a los “malos” (INJUSTOS). En esta referencia no hay más posibilidades: o eres JUSTO = “bueno”, o eres INJUSTO = “malo”. Ambos son los que resucitarán.

En (Mt 25;31-40), cuando la Biblia habla del día en que el Hijo del hombre reúna en su presencia a todas las gentes y separe a unos de otros, como el pastor separa a las ovejas de los cabritos, cita explícitamente a las “ovejas” como los JUSTOS (v. 37). Lógicamente, debemos concluir -en sentido contrario- que las “cabras” son los INJUSTOS. Sean quienes sean los juzgados y sea cual sea la razón del juicio (ya sabemos que los TJ tienen su propia doctrina sobre esta situación). JUSTOS e INJUSTOS son, en esta referencia, dos grupos definitivos y con destinos totalmente opuestos en la historia de la salvación.

Leemos en (Mt 13;49-50): “Así es como será en la conclusión del sistema de cosas: saldrán los ángeles y separarán a los inicuos de entre los JUSTOS” (NM). De hecho, en el v.50, se dice que los inicuos serán echados al horno ardiente. Sigue sin haber más divisiones que buenos y malos, JUSTOS E INJUSTOS.

En (Jn 5;28-29), se puede leer: “…Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron “cosas viles” a una resurrección de juicio” (NM) Aquí tenemos, otra vez, solo JUSTOS (los que hicieron cosas buenas) e INJUSTOS (los que practicaron cosas viles o malas), independientemente de cuál sea la interpretación que den los TJ a su expresión “tumbas conmemorativas”.

Precisamente, un par de capítulos antes, en (Jn 3;20-21) (NM) se dice: “Porque el que practica “cosas viles” odia a la luz y no viene a la luz para que sus obras no sean censuradas…”. Lo que indica claramente que la expresión “practicar cosas viles” se refiere a realizar actos que se derivan del odio a la luz y que se reconocen perfectamente como censurables por quien los realiza, o sea, por los INJUSTOS.

Por eso, también podemos leer en (2Cor 5;10) (NM): “Porque todos nosotros tenemos que ser puestos de manifiesto ante el tribunal del Cristo, para que cada uno reciba su retribución por las cosas hechas por medio del cuerpo, según las cosas que haya practicado, sea cosa buena o vil”. Lo cual quiere decir que hay dos retribuciones distintas -y solo dos- que dependen de las cosas practicadas ya sean buenas o viles. Las buenas corresponden a los JUSTOS y las viles a los INJUSTOS.

La revisión de todas estas referencias insiste en la conclusión de que los JUSTOS son los que hacen cosas buenas y los INJUSTOS son los que hacen cosas malas y que todos ellos resucitarán para ser juzgados. Es así de simple. También recoge esta idea, (Ecls 3;16,17) (NM): “Dios juzgará tanto al JUSTO como al inicuo” y ya hemos visto que el inicuo se corresponde con el INJUSTO, con el malo. No hay nadie más para juzgar. No encontramos ningún otro grupo humano que -como indican los TJ- agrupe a quienes no han conocido al Dios verdadero y se les resucita para que tengan la oportunidad de conocerlo y desarrollar amor por él. Hasta este momento y como ya hemos expresado, o eres “JUSTO” o eres “INJUSTO”, o eres “bueno” o eres “malo”.

Por otra parte, podemos leer (2Pe 2;9) (NM): "Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero reservar a personas INJUSTAS para el día de juicio para ser cortadas".  Y también (Mt 13;36-43) en dónde al final se nos dice que después de la consumación del mundo: "...los JUSTOS brillarán como el sol en el reino de su Padre" ¿Dónde están los INJUSTOS?  Desde luego, no en el reino de su Padre… Resucitarán, sí, pero no para disfrutar de nuevas oportunidades, sino para ser condenados eternamente, ya que los INJUSTOS son los malos a conciencia, o sea aquellos que han practicado cosas viles sabiendo que las hacían, ya sea porque conocían la ley de Dios o, porque a falta de este conocimiento, no atendían a su conciencia y no se han arrepentido de ello.

En (1Cor 6;9-11) (Gl 5;19-21) (NM) INJUSTOS y MALOS queda claro que son lo mismo: “¿No sabéis que los INJUSTOS no poseerán el reino de Dios? No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los ebrios, ni los maldicientes, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios…” Está claro que la lista que nos ofrece este versículo, nos está indicando claramente, quienes son los INJUSTOS… a los que el Señor resucitará, juzgará y castigará en el día del juicio, según hemos visto más arriba. Y fijémonos que en ningún momento se tiene en cuenta si el fornicario, o el ebrio o el maldiciente, etc conoce o deja de conocer los propósitos de Dios. Se considera injusto por el simple hecho de ser fornicario, idólatra, etc., a conciencia, por ello es considerado injusto y por ello no poseerá el reino de Dios.

Está claro en (Rom 2;12-16) que si JUSTO es el "hacedor" de la ley, ya porque está bajo ella ya porque sin estar bajo ella, sigue su conciencia, INJUSTO será el que se encuentre en el caso contrario, o sea, el que estando bajo la ley sólo la oye pero no la cumple y el que no sigue su conciencia que le está  acusando de su mal comportamiento. No son necesarias más pruebas ya que con ley o sin ley será declarado JUSTO aquél que es "hacedor" de la ley.

También podemos leer (1Pe 3;18) (NM): “Pues hasta Cristo murió una vez para siempre respecto a pecados, un JUSTO por los INJUSTOS”. La contraposición es evidente. Si el JUSTO es el bueno, los INJUSTOS son los malos".

"Toda injusticia es pecado" (1Jn 5;17) (NM). Y las injusticias las cometes los INJUSTOS. Y si han cometido pecado es que sabían lo que se hacían. Luego...

También (Lc 18;11) (NM): “El fariseo se puso en pie y oraba para sí estas cosas: Oh Dios te doy gracias de que no soy como los demás hombres dados a extorsión, INJUSTOS, adúlteros…” Para el fariseo estaba claro que INJUSTO era una persona inicua, mala a conciencia.

También las parábolas del Reino presentes en Mt 13 -la parábola del trigo y la cizaña (Mt 13; 24-30) y la parábola de la red (Mt 13; 47-50)- señalan la separación entre buenos y malos, entre justos y pecadores sin disposición a convertirse. No hay tramos intermedios ni comportamientos que no puedan ser considerados propios de unos o de otros.

Debe tenerse en cuenta que las palabras que hemos visto: injustos, malos, malvados, inicuos, impíos… son, en todo caso, traducción al español de la misma palabra griega: “adikos”. Sólo se trata de explicar que es "adikos" y llamarlo en español de la manera que queramos, pero sin intentar crear confusión jugando con las palabras.

A pesar de toda esta evidencia bíblica, que nos asegura que resucitarán tanto los justos como los injustos, o sea, todos, los buenos y los malos, aquellos que su destino es la vida eterna y aquellos que su destino es el fuego eterno, el cortamiento, el infierno o como queramos llamarlo, los TJ siguen enseñando –evidentemente sin apoyo bíblico- que entre los injustos está la clase de los que no vivieron según los requisitos divinos por no haber tenido la oportunidad de conocerlos. Los TJ nos quieren decir que los INJUSTOS a que se refiere (Hech 24), serán “los miles de millones de personas que en esta vida ni siquiera tuvieron la oportunidad de conocer a Jehová, de modo que no le sirvieron ni hicieron su voluntad… Dios los resucitará y les dará tiempo para que lo conozcan y le sirvan…”. (“¿Qué enseña realmente la Biblia?”, pág 73). Pero según lo que hemos visto, ¿es esto lo que enseña realmente la Biblia?... ¿Son los INJUSTOS personas que no tienen ninguna culpa de sus actos a pesar, quizás, de no haber conocido a Jehová según la doctrina de los testigos de Jehová?

Antes de cerrar el tema, me gustaría hacer ver a los TJ que el modelo que han escogido para intentar apoyar su doctrina sobre quiénes son los injustos es totalmente diferente al que ellos definen como tal. “Estos hombres que están al lado de Jesús son delincuentes” podemos leer en (“Vd puede vivir para siempre…” pág 170). Pero es fácil percatarse de que hay una gran diferencia entre uno y otro. Uno de ellos hasta lo insulta, pero siguiendo a los TJ hemos de decir que lo hace sin conocer “la voluntad ni los propósitos” de Dios. En cambio, el otro delincuente, reprende a su colega por sus palabras y por su falta de temor hacia Dios, reconociendo a continuación su propia culpabilidad y la inocencia de Jesús, lo que hace que se dirija hacia Él suplicándole: “acuérdate de mí cuando entres en tu reino” ¡Qué diferencia entre el primer delincuente y el segundo!  Jesucristo acepta las palabras del segundo delincuente y le promete que aquel mismo día estará con Él en el Paraíso. ¿No es esto un perdón? ¿No le dice que estará con Él? No entremos en discusiones que no nos llevan ahora a ninguna parte. Dejemos a un lado el detalle de si la coma de hoy va delante o detrás, dejemos también la discusión del lugar que representa el paraíso. Todo podemos discutirlo y considerarlo, pero después. Sin mezclar ideas ni conceptos.

Jesucristo, no sé si perdona o no al primero de los delincuentes cuando éste le insulta, aunque teniendo en cuenta su infinita misericordia y las palabras que dirá un poco más tarde “¡perdónales porque no saben lo que se hacen! me hace inclinar a creer que al menos no le tendrá en excesiva cuenta sus palabras. Pero el segundo de los delincuentes, no cabe la menor duda de que recibe el perdón de Jesucristo y la promesa de un premio eterno al lado del propio Jesucristo sin tener que demostrar nada más. Para Jesucristo es suficiente su arrepentimiento y la fe que le demuestra hacia su reino.

Finalmente, los TJ también nos enseñan – de nuevo sin apoyo bíblico-, que “Dios no resucitará nunca a las personas que sabe que son malvadas y no quieren cambiar” (“¿Qué enseña realmente la Biblia?”, pág 73). ¿Cuál es el apoyo bíblico a esta aseveración tan rotunda, después de todas las referencias que hemos visto y que aseguran que habrá resurrección así de JUSTOS como de INJUSTOS, o sea, así de buenos como de malos?