viernes, 18 de agosto de 2017

BIBLIA ¿QUIEN PUEDE INTERPRETARLA CON AUTORIDAD?

BIBLIA ¿QUIEN PUEDE INTERPRETARLA CON AUTORIDAD?
S/TJ:
S/TJ:

Recuérdese que, durante los días de la congregación cristiana primitiva, un ministro de Dios pasó por dónde estaba un investigador de la verdad leyendo el rollo de Isaías y le preguntó si entendía lo que leía.  El respondió: "¿Realmente cómo podría saberlo (es decir, entenderlo), a menos que alguien me guiara?" (Hech 8;30-31). (La Atalaya 15.11.63, pág 691)


Es posible que después de leer un texto de la Biblia nos preguntemos: ¿Qué significa esto?  Individualmente se pueden entender las palabras, pero el significado quizá no... ("La Atalaya" de 1.9.68, pág 530)
La sociedad del Nuevo Mundo ha estado usando la página impresa durante muchos años en la publicación de la revista "La Atalaya" así como libros y folletos para ayudas de estudio a fin de acrecentar el entendimiento de la Biblia.   Es fácil entender la Biblia desde el punto de vista de las palabras y frases que utiliza...  si las personas que tienen educación limitada se esfuerzan, pronto pueden conseguir conocimiento de la Biblia y una vez que hayan adquirido fe hasta un cierto grado, pueden mantenerla viva y hacer que crezca poco a poco mientras mejoran su capacidad de estudio. Es verdad que hay algunas expresiones arcaicas en las traducciones más antiguas, pero uno puede obtener entendimiento examinando traducciones modernas ("La Atalaya" de 1.9.68, pág 529)
"Jehová había escogido la revista "La Atalaya" como el conducto por medio del cual traer al mundo de la humanidad la revelación de la Voluntad Divina, por medio de las palabras reveladas de sus páginas" ("Testigos de Jehová en el propósito de Dios", pág 22) 
“Las resoluciones adoptadas en convenciones del pueblo ungido de Dios, los folletos, revistas y libros publicados por ellos, contienen el mensaje de la verdad de Dios y provienen del Señor Jehová". ("Vindicación" de Rutherford, tomo I, pág III)  
"El mensaje que los testigos de Jehová llevan a la gente no es de ningún hombre, sino de Jehová Dios, el Altísimo." ("Religión", pág 358)   
"Aun cuando en esta obra procuraremos y esperamos con éxito presentar a los lectores interesados e imparciales el Plan de Dios (...) negamos terminantemente que esto sea el resultado de una sabiduría o capacidad extraordinaria de parte del autor.  La luz del Sol de Justicia (Cristo) en esta 'Aurora del milenio' es la que revela como 'verdad presente' las cosas que aquí se tratan." ("El plan divino de las edades", pág 10)  
"Mi experiencia de noventa y nueve años de vida me dice que Jesucristo utiliza a la organización de manera cada vez más maravillosa. No la dirige un simple hombre; tiene que ser el Señor Jesucristo, pues ha resultado ser mucho más grandiosa y magnífica de los que jamás pensamos. (...) Tan sólo una persona pudiera ser responsable de esta notable expansión: el Hijo de Dios, que está a cargo de la clase del esclavo fiel y discreto. Él ha estado cumpliendo con sus responsabilidades, y esto explica esta magnífica expansión que hemos presenciado. "No lo ha logrado un hombre. Tenemos una organización teocrática y funciona de manera teocrática, por dirección divina. Ningún hombre, ni siquiera el fundador de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, puede atribuirse el mérito ni ser considerado el responsable de lo que se ha logrado por toda la Tierra. Es sencillamente maravilloso" ("La Atalaya" de 1.5.93, pág 18)    
Los miembros del resto son iluminados y la palabra de Dios se aclara, pudiendo ver ellos la verdad en exacta armonía" ("Profecía", pág 199)  
"Lea "VIDA" la prueba infalible, procedente de la palabra del Creador" ("Profecía", pág 355)  
"Es a nosotros que Dios ha revelado las cosas por medio de su espíritu...  nosotros recibimos, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente...  ¿Quién ha llegado a conocer la mente de Jehová?  ... nosotros sí tenemos la mente de Cristo." ("La Atalaya" de 1968, pág 75-76; 1970, pág 594 y 1971, pág 750)  
"Aun en este mundo perturbado,  el conocimiento bíblico EXACTO acerca de Dios,  su Reino  y  su  maravilloso propósito  para  la humanidad  puede hacerle feliz.  Si desea recibir  más información al respecto... sírvase escribir a Testigos Cristianos de Jehová..."  
"La sociedad Wath Tower es el representante visible del Señor en la tierra" ("Testigos de Jehová en el propósito de Dios", pág 151)  
"Jehová por medio de su hijo y la operación del espíritu santo... ha abierto la mente y el corazón de su clase del 'esclavo fiel y discreto' para entender el significado verdadero de su palabra, a su vez esta clase de esclavo fiel transmite las preciosas verdades a las personas de todas partes." ("La Atalaya" 1973, pág 522/20)  
"Dirigiéndose a su clase de siervo, la clase ungida a quien comisiona como sus testigos y quienes forman el resto, les dice: 'Yo Jehová te he llamado... y te pondré por luz de las naciones, para que abras los ojos de ciegos'(Is 42;6-7)" ("Gobierno", pág 218)  
"A los que están activa   y gozosamente ocupados en guardar los mandamientos de Jehová al hablar a otros de sus grandes propósitos, Dios les permite entender la verdad." ("Profecía", pág 225).  
Análisis:
Está claro, por las referencias anteriores, que los TJ se consideran los únicos portadores de la verdad de la Biblia. Y hemos visto también en “La Biblia no es de privada interpretación” que, para la comprensión de las Escrituras Sagradas, tanto los TJ, como los católicos, como el resto de cristianos en general, disponemos en cada iglesia, de una ayuda particular interpretativa de los textos bíblicos a fin de comprenderlos exactamente. ¿Pero qué ayuda entre todas ellas es la correcta? Si la escritura de la Biblia fue inspirada - y todos así lo confesamos- no es posible que las distintas interpretaciones que hacemos de la misma, unos y otros, sean todas verdaderas. Así como hay una sola Biblia, una sola iglesia ha de ser la garante de su verdadero contenido y de su “acertada” interpretación. De otra manera, ¿Cómo podría resplandecer la verdad inspirada de la Biblia, si esta al llegar a nosotros puede ser interpretada de un modo equivocado? ¿Para qué la inspiración de la misma?

Si el jefe que dicta una carta a su secretaria se quiere asegurar, al cien por cien, que lo que ha dictado y hecho escribir no será malentendido por el receptor de la carta, teniendo en cuenta que hay párrafos de difícil entendimiento, enviará la carta de la mano de un intérprete, traductor o exégeta para que el receptor entienda perfectamente las ideas e instrucciones que el jefe le quiere transmitir. Si además tenemos en cuenta que esta carta no nos llega sola, sino que viene mezclada con otros cientos o miles de escritos, y que no va dirigida sólo a un receptor, sino que son millones quienes deben leerla, entenderla y ponerla en práctica, es fácil comprender la necesidad de esta figura intermedia que, así como la secretaria supo plasmar en un escrito la voluntad del jefe, sepa ésta explicarla a todos por igual y darla a conocer sin error. 

Las palabras y frases con que expresamos las ideas, parte por la imperfección del lenguaje, parte por las diferencias de mentalidad entre los hombres, parte por las distintas culturas, etc, son capaces de ofrecer sentidos diferentes, a veces hasta contradictorios. Y eso, tratándose de lenguaje actual, hablado y oído por contemporáneos que coinciden, por tanto, en una misma época. Cuando se trata de encarar textos, metáforas, formas de expresión de las que nos separan muchos siglos y consiguientemente diferencias radicales de concepción, de mentalidad, de cultura y de lengua, la multitud de sentidos posibles crece notablemente.  

Necesitamos, por consiguiente, interpretar la Sagrada Escritura sin adulterar lo más mínimo su auténtico sentido, sin corromperlo, sin hacer que diga ni más ni menos de lo que está escrito.  De que tal pasaje de Zend, Avesta o de Platón tenga éste o aquél sentido, no se deduce en general nada trascendente, capaz de poner en contingencia la fe y la salvación. Y, sin embargo, todos coincidimos en que sólo hombres documentadísimos en filología, empapados en el alma de sus respectivas culturas, pueden con alguna garantía de acierto opinar sobre el sentido de esos textos.   

Nos parecería una puerilidad confiar la interpretación de un verso de Homero a un hombre de cultura media, no especialista, ni que siquiera puede tener acceso al texto a su lengua original, requisito que, por otra parte, no es más que un primer paso en la interpretación. Consideremos, pues, el absurdo que representa la interpretación que entrega en manos de cualquiera, sin más norma que la propia subjetividad, textos a veces mucho más lejanos de nosotros que un verso de Homero, pero que, además, contienen un mensaje trascendente y decisivo en orden nada menos que a la fe y a la salvación eterna. 

Y no se trata solamente de estar preparado intelectualmente para afrontar el inmenso trabajo de conseguir un conocimiento “acertado” de la Palabra de Dios, sino que también es necesario, en primer lugar, disponer de la autoridad necesaria para acometer esta tarea que Dios quiere que se lleve a cabo entre todas las gentes del mundo (Mt 18;19-20).

¿Cómo se puede saber que los TJ son los encargados por Dios de la misión de dar a conocer no solo el contenido de la Biblia a todas las gentes, sino también todo lo que el Espíritu Santo tenga a bien comunicarnos a lo largo de los siglos? ¿Cuáles son sus credenciales? No las conocemos. Habiendo iniciado sus actividades a finales del siglo XIX, es difícil que las puedan ligar con las palabras de Jesucristo en (Mt 28;18-20), quien prometió su asistencia personal siempre, hasta la consumación del mundo
¿Y, pues, quien podrá interpretar la Biblia con autoridad?  
Pues los apóstoles y los que pueden considerarse históricamente como sus sucesores, ya que ellos, y solamente ellos, recibieron la responsabilidad de expandir su Palabra y la promesa de que Jesús no los abandonaría hasta el fin del mundo. 
Así, es coherente la iglesia que acepta la Biblia y las interpretaciones de quienes a lo largo de los siglos como sucesores de los apóstoles se han esforzado en determinar y precisar su verdadero sentido e interpretación. Y no queramos quitar autoridad a estos hombres porque la vida de alguno de ellos nos llame a escándalo. También Judas falló y muchos en tiempo de Jesucristo se escandalizaban al ver las acciones de los escribas y fariseos, pero Jesús les dijo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y guardad lo que os digan, pero no los imitéis en las obras, porque ellos dicen y no hacen" (Mt 23;2-3) En una palabra, Jesucristo escogió a hombres normales para que, con autoridad, predicaran su palabra. Si algunos de estos hombres juzgamos que han fallado en su vida y en sus obras, siguen, a pesar de ello, ostentando la responsabilidad y la autoridad que Jesucristo les otorgó y la promesa de su continuidad.
s/TJ:
...Las enseñanzas verídicas y realistas de la Biblia, su gran antigüedad, su supervivencia a crueles ataques, sus profecías exactas y su circulación mundial sin paralelo prueban claramente su autoría divina...  ("La Atalaya" de 1.5.94, pág 5)
Análisis:
Pero estas "enseñanzas verídicas y realistas" dependen de cuál sea la interpretación que se haga de la Biblia.
Si en la  Biblia es donde se  halla la "guía divina"  y estamos de acuerdo  en  que "el Creador del universo  no nos  dejaría  sin dirección a este respecto", Dios no  sólo ha de haber inspirado la escritura de sus  páginas, sino que también, de  alguna manera, ha de haber provisto un medio para que la fiel interpretación de esta escritura llegue hasta  nosotros y así, realmente,  pueda ser útil "para que  el hombre de  Dios sea apto  y esté equipado  para toda obra buena" (2Tim 3;17).

Es evidente que esto debe ser así porque la Biblia -más que cualquier otro libro- no sólo debe leerse, sino entenderse correctamente y ello no es posible si quien la lee no la interpreta fielmente.

Este razonamiento que resulta en sí mismo obvio viene expresado en la propia Biblia: "Comenzando desde Moisés y todos los Profetas él les interpretó cosas tocantes a él mismo en todas las Escrituras". (Lc 24;27).  Y los TJ, comentan:  "él sabía que la única manera en que ellos podían tener una fe firme era mediante el tener un conocimiento acertado de la Palabra de Dios. (La Atalaya" de 1.12.59, pág 709)

En efecto. A lo largo de la historia, por ejemplo, a veces se ha pretendido encontrar contradicción entre la Biblia y los conocimientos naturales. Son conocidas las dificultades contra el primer capítulo del Génesis, tomadas de la Geología.  Vino entonces una reacción optimista de los apologetas católicos, el "concordismo". Querían encontrar en la Biblia hasta los últimos adelantos de la ciencia.  Hallaban en ella lecciones de astronomía, de geología, etc. que concordaban maravillosamente con las últimas teorías científicas. Pero el "concordismo" ha pasado. Se ha vuelto a los dos principios clásicos de S. Agustín y Sto. Tomás.

El primero es que Dios en la Biblia no pretende enseñar ciencias humanas: "El Señor... quería hacer cristianos, no matemáticos", que traducía el cardenal Baronio: "El Espíritu Santo no ha pretendido enseñarnos cómo va el cielo, sino cómo se va al cielo". Por esto no se puede buscar en la Sagrada Escritura la precisión del lenguaje de un tratado científico.

El segundo es que la Biblia habla el lenguaje común de los hombres y este lenguaje no suele expresar la naturaleza íntima de las cosas, sino las apariencias, que también son algo real.  La Biblia dice que el sol se paró, del mismo modo que hoy se dice que el sol sale (verbo de movimiento), sin que nadie vea en estas palabras un error astronómico.  Es que ni en el libro de Josué ni en el lenguaje cotidiano se habla en términos científicos.

Dios en la Escritura habla como los hombres.  Los Santos Padres han comparado esta que llaman "condescendencia divina" con la Encarnación del Verbo (= la Palabra) de Dios.  Como el Verbo se hizo partícipe de todas las miserias del hombre excepto el pecado, así la palabra de Dios se ha hecho palabra humana y ha tomado sobre sí todas las cualidades y todas las imperfecciones de la palabra humana excepto el error.

Una serie de dificultades -las más ingenuas- se deshacen en cuanto se considera que la Biblia no está escrita con tecnicismo, como lo puede estar una obra científica, sino con lenguaje vivo, flexible, rico en modismos, metáforas e hipérboles..., en el lenguaje de la conversación o de las obras literarias.  Y añádase a todo esto las peculiaridades del carácter oriental con sus metáforas exageradas (Is 13;10) (Is 34;4) (Ez 32;7-8) (Mt 24;29) y las de las lenguas semíticas de la mayor parte de los hagiógrafos.  La verdad de este lenguaje no se puede buscar tomando las palabras al pie de la letra.  Sería ir contra el sentido literal.

Así, cuando Jesucristo dice: "prudentes como las serpientes" (M 10;16), no significa que las serpientes sean prudentes; es sencillamente un modismo, una expresión vulgar que Jesucristo adopta y a la que da el sentido vulgar de su tiempo.  Y cuando el evangelista dice que “había 5.000 hombres” (Mc 6;44) se puede creer que no eran exactamente 5.000 pues el evangelista, como todo el mundo, tiene derecho a hablar con aproximaciones.

En cuanto a la lengua hebrea, hay que tener en cuenta que, como primitiva, no distingue matices ideológicos en las palabras. Por ejemplo, no distingue entre "permitir" y "provocar" el endurecimiento de corazón; ambas ideas, bien distintas, las expresa de un mismo modo.  Con una misma palabra expresa la idea de "odiar" y la de "amar menos"; de aquí la célebre frase de Jesucristo: "Quien no odia al padre o a la madre... no puede ser mi discípulo" (Lc 14;26), que quiere decir: "Quien ama al padre o a la madre más que a mí...", que es la idea de (Mt 10;37)

Y luego tenemos los géneros literarios. Es bien sabido que una misma frase puede ser verdadera en una poesía, y falsa en una obra filosófica.  Dicho en general: la verdad o falsedad de los juicios depende del género literario en que se expresan.  Los Salmos, por ejemplo, atribuyen frecuentemente a Dios cualidades humanas.  El Salmo 17 habla de las narices, de la boca, de los pies de Dios, de Dios que desciende sobre una nube y planea sobre las alas del viento.  Pero nadie que conozca el estilo de los Salmos, piensa que hay en ello error. Son expresiones poéticas, vestidura brillante con que se adorna una idea.  Lo que el poeta quiere expresar es la idea; ella es la verdad de su poesía.

Abramos un libro profético.  La impresión que causa su lectura es la de algo sumamente extraño, oscuro, a veces inverosímil. Es que nos falta la clave de sus expresiones, que es el conocimiento del género literario profético. El modo de hablar del profeta depende mucho de cómo vio el futuro. Sucesos que distan muchos años los ve el profeta como simultáneos, sin perspectiva histórica, en un cuadro carente de proyección temporal. Por ejemplo, Isaías ve en un mismo plano la venida de Emmanuel y la liberación del reino de Judá del ataque de dos reyes (Is 16;14-16); sucesos que distarán siglos. Por tanto, sería un error buscar una ordenación temporal. Será más bien un orden psicológico, según la importancia con la que se le han presentado los diversos sucesos. También prescinde del tiempo el profeta al componer con colores del presente cuadros del futuro (artificio semejante al de nuestros clásicos, cuando ambientaban conscientemente en el S. XVI a personajes de la antigüedad griega).

Pasando a las parábolas evangélicas, quien quiera ver en ellas una pintura rigurosamente realista tropezará con detalles inverosímiles. ¿Cómo pudieron las vírgenes necias ir a comprar aceite a medianoche?, ¿Cómo no esperó el padre del hijo pródigo la vuelta del hermano mayor para empezar el banquete? Quien, por el contrario, busque una significación espiritual detrás de cada palabra, edificará en el aire. La parábola, ni es tan real que no se permita desfigurar un poco la realidad con el fin de buscar el significado espiritual, ni tan simbólica que todos sus elementos tengan un equivalente en el campo de lo sobrenatural. Mientras no la consideremos en su justo medio, tendremos una imagen desenfocada, falseada respecto a la intención de Cristo.

Así cada género literario -histórico, epistolar, lírico, gnómico, didáctico, profético, apocalíptico...-como tiene sus leyes propias, tiene su verdad propia.

La mayor parte de las objeciones contra la Biblia son una transposición de nuestra mentalidad y modo de expresarnos de occidentales del s.XX a los de aquellos antiguos orientales.  Por eso dice Pío XII: "Es absolutamente necesario que el intérprete se traslade a aquellos remotos siglos del oriente..."

Pedro, hablando de Pablo y sus escritos, dice de las Escrituras en general que contienen "algunas cosas difíciles de entender las cuales los indoctos, las tuercen, lo mismo que las demás escrituras, para su propia perdición" (2Pe 3;15-17).

"Llegado el séptimo mes, los hijos de Israel estaban ya en sus ciudades; y entonces el pueblo, como un solo hombre, se reunió en la plaza que hay delante de la puerta de las Aguas y dijeron a Esdrás que llevase el libro de la Ley de Moisés, dado por Yavé. Lo llevó Esdrás ante la asamblea, compuesta de hombres y mujeres, de cuantos eran capaces de entenderla." (Neh 8;1-2)

"Alguien" (Hech 8;30-31), pues, debe guiarnos cuando procedemos a una lectura de la Biblia si no queremos "torcer" (2Pe 3;15-17) su fiel interpretación para nuestra "propia perdición" (2Pe 3;15-17), ya que la Biblia no es de "privada interpretación" (2Pe 1;16-20), ¿QUIEN?
s/TJ:
Dicen los TJ: "A los cristianos se les insta a adorar a Dios "con su facultad de raciocinio", de modo que deben asegurarse que sus creencias sean ciertas (Rm 12;1-2) (1Tes 5;21).  Sus creencias deben ser sometidas al 'juicio crítico' antes de aceptarlas" ("La Atalaya" de 15.11.92, pág 3)   

Análisis:
Esta  norma, los  TJ sólo  entienden que  deben aplicarla  los que todavía no  han entrado en la  organización de los TJ,  porque una vez en ella, han de someterse a lo que diga la organización (Hb 13;17) (1Cor  1;10), sin que lean "la  literatura religiosa de la gente  que encuentran" ("La  Atalaya" de 1.5.84), ni  "lean las críticas a la organización de Jehová" ("La Atalaya" de 15.5.84) lo que está  en contra  del "juicio crítico"  que según  ellos mismos enseñan, los cristianos han de someter sus creencias.

Los dirigentes de los TJ, amparándose en (1Cor 1;10), imponen a sus seguidores un grado de completa conformidad a todo lo que les venga dicho desde la Sociedad   de La Atalaya.   Esa es la "evidencia" de que ellos son los únicos cristianos verdaderos, porque "todos hablan de acuerdo" y están "aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar".  Cuando el apóstol Pablo escribió a los corintios pidiéndoles que terminaran sus divisiones, ¿les dijo también que debían someterse del todo a un líder humano, en obediencia ciega, como máquinas sin mente?  ¡No! Los mismos pasajes aducidos por los TJ de (Rm 12;1-2) (1Tes 5;21) demuestran todo lo contrario, y en general toda la carta a los romanos revela que los individuos de la Iglesia primitiva gozaban de mucha libertad.  

Por otra parte, ¿cuál es la coherencia de un TJ al aceptar que únicamente la Biblia es el medio que Dios utiliza para comunicarse con la humanidad, después de que Jesús nos diera su palabra de permanecer con nosotros hasta el fin del mundo (Mt 18;19-20) (Mc 16;15) y después de que nos prometiera la asistencia continuada del Espíritu Santo (Jn 14;16)? ¿Cuál es la razón de su fe en la Biblia, si reniegan de los sucesores de los apóstoles, históricamente reconocidos, y que son los únicos con autoridad para fijar definitivamente qué libros son o no sagrados, el contenido de los mismos y su correcta interpretación? ¿Cuál es la coherencia de un TJ que además de no reconocer la autoridad de los sucesores de los apóstoles sobre la herencia doctrinal de Jesucristo, se adhiere a la interpretación que de una Biblia llamada "Nuevo Mundo" hacen "sin posibilidad de equivocarse" los dirigentes de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract de Nueva York? ¿Cuál es la coherencia de un TJ cuando acepta como traducción idónea de la Biblia, esta traducción, plagada de "errores" -algunos de ellos flagrantes- que predisponen, tendenciosamente, hacia una predeterminada interpretación de los Libros Sagrados?  

¿Y que tal lo TJ como intérpretes de profecías de la Biblia a las que son tan aficionados?
Veamos, en primer lugar, cómo los TJ afirman ser profetas. 
"Como se predijo, esta predicación o profecía se  está haciendo por toda suerte de Carne en la organización...  ya centenares de miles de personas...  están participando de todo corazón con el resto en profetizar". ("La Atalaya" 1962/212/15)

"Ahora Dios revela a su pueblo el significado de las profecías escritas hace mucho tiempo, para que puedan recibir ánimo y conocer que se encuentran en lo correcto" ("Vindicación", tomo I, de Rutherford, pág 197) (Véase también las páginas 20, 41, 241, 312 y 314)  
 "El señor después de su venida al templo revela al resto el significado de las profecías" ("Profecía", de Rutherford, pág 198)  
"Les ha revelado el significado de la profecía de Joel, y esta revelación les aumentó su fe y su valor y en gran manera les regocija" ("Religión" de Rutherford, pág 249)  
"En ese tiempo (1922) el Señor reveló a su pueblo la verdad concerniente a la presencia de Cristo Jesús en el templo" ("Religión" de Rutherford, pág 257)  
"En 1919 (...) Jehová empezó a revelarles el significado de las profecías" ("Religión" de Rutherford, pág 257)  
"Si la persona es usada por Dios para dar a la gente mensaje de verdad, entonces es un profeta verdadero, pero el que pretende hablar en nombre de Dios, no siendo esto verdad, el tal es un falso profeta (Dt 18;21-22)" ("Profecía", pág 15)  
"Estamos capacitados para entender la profecía" ("Gobierno" pág 181)  
Estos son algunos de los muchos textos que se pueden citar para probar que los TJ aseguran ser profetas.  
¿Y qué suerte han seguido sus profecías?  ¡Fracaso tras fracaso! Veamos algunas:
a)Era esperanza inútil en 1946 creer que los judíos naturales serían recogidos en Palestina:  

FRACASO.  
b) Segunda venida de Cristo para 1874;1878;1914;1915;1975: 

FRACASO.  
c) Resurrección de los patriarcas en 1925; en "un tiempo corto"; en "no hace falta que resuciten porque ya están aquí..."

FRACASO.  
d) El Milenio empezaría en 1874; en 1914; en "pronto": 

FRACASO.
e) El papado y su jerarquía desaparecería en 1914: 

FRACASO.  
f) Armagedón tenía que ocurrir en: 1914;1915;1918; en "no tardará"; en "está cerca"; en "está muy cerca": 

FRACASO.  
g) Resurrección de los 144.000 en 1925: 

FRACASO.  
En contra de los falsos profetas dice Dios: "... el profeta que tenga la presunción de hablar en mi nombre una palabra que yo no le he mandado hablar... ese profeta tiene que morir... Y ¿cómo conoceréis la palabra que Jehová no ha hablado? Cuando hable el profeta en el nombre de Jehová y la palabra no suceda ni se realice, esa es la palabra que Jehová no ha hablado. Con presunción la habló el profeta" (Dt 18;22) (Jr 14;13-16). Lógicamente, por todo lo que hemos visto, los TJ no gustan de tratar este tema en sus revistas y libros.   
Seguramente por su poco éxito al descifrar lo que para ellos son profecías decisivas, los TJ también han escrito:
"...La realidad es que ni siquiera los hombres que fueron inspirados a escribir las profecías, ni siquiera los ángeles, pudieron entenderlas hasta el debido tiempo de Dios, cuando fueron aclaradas con la ayuda del espíritu santo de Dios...  Puesto que es importante que entendamos la palabra de Dios y es necesario que tengamos espíritu de Dios para entenderla, ¿cómo podemos obtener espíritu de Dios?... tenemos que reconocer la organización visible de Dios.  Dios es consciente, un Dios de orden, no un Dios de desorden, así como nos asegura su palabra (1Cor 14;33).  El no imparte su espíritu santo y un entendimiento y aprecio de su palabra sin conexión alguna con su organización visible" ("La Atalaya" de 1965, pág 678 y 679) 
"Nosotros no tenemos el don de profetizar" ("La Atalaya" de Enero, de 1883, pág 425, edición en inglés)". 
"El que algunos tengan el espíritu de Jehová no quiere decir que los que ahora sirven de testigos de Jehová sean inspirados, ni que los escritos de esta revista, La Atalaya, sean inspirados e infalibles y sin errores' ("La Atalaya" de 1 de octubre de 1947, pág 301) 
"Tampoco pretendemos que se reverencien nuestros escritos o que se les considere infalibles" ("La Atalaya" de 15 de diciembre de 1896, página 306, edición en inglés)
"La Atalaya" no pretende ser inspirada en sus declaraciones, ni es dogmática" ("La Atalaya" de 1 de enero de 1951, pág 24) 
O sea, ¡todo lo contrario de lo anterior!
s/TJ:
"Los Testigos de Jehová, llevados por su expectación anhelante de la segunda venida de Jesús, propusieron fechas que resultaron erróneas. Como consecuencia, algunos les han llamado falsos profetas. Sin embargo, en ninguno de esos casos se tomaron la libertad de hacer predicciones 'en el nombre de Jehová'. Nunca dijeron: 'Estas son palabras de Jehová" (¡Despertad! de 22.3.93, pág 4) 
Análisis:
Los Testigos de Jehová, en esta última referencia, quieren excusarse ante el mundo de sus continuos errores -reconocidos en "¿Está muy cerca el fin del mundo?", artículo que aparece en la revista indicada, pág 3-11-  al proponer fechas de la segunda venida de Jesús, diciendo, que no pueden ser considerados, por ello, falsos profetas ya que no han afirmado en ninguna parte que sus predicciones sean revelación directa de Jehová y que por lo tanto hayan profetizado en su nombre.  
Pero esta excusa creo que no es de recibo. Desde su principio, todos los guías de los Testigos de Jehová han afirmado de manera dogmática que todo cuanto escriben en sus libros y revistas es revelado, y si es revelado, es palabra de Jehová que no puede equivocarse. Por lo tanto, los Testigos de Jehová han de ser infalibles cuando nos comunican estas revelaciones. Así, cuando, por ejemplo, en los párrafos anteriores, aseguran lo contrario, que no son infalibles, que no están inspirados, que tienen errores, están poniendo en duda la revelación que dicen recibir de Jehová y por lo tanto se contradicen gravemente. 
A todos estos escritos de los TJ, podemos oponer diversas referencias de las propia Biblia:
"Guárdense de los falsos profetas que vienen a ustedes en ropa de oveja, pero por dentro son lobos voraces" (Mt 7;15)  
"Y muchos falsos profetas se levantarán y extraviarán a muchos" (Mt 24;11)  
"...habrá falsos profetas entre ustedes...  También con codicia los explotarán a ustedes con palabras fingidas" (2Pe 2;1-3) 

Y ahora, pregunto: ¿Quiénes son estos falsos profetas? Los TJ, como hemos visto, claramente se distinguen entre ellos.