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Los
testigos de Jehová que forman parte de las “otras ovejas” no creen que deben
nacer de nuevo porque esto se reserva sólo para los 144.000 coherederos que han
de vivir en el cielo
Análisis:
Avancemos en el análisis, a través de varios
fragmentos de la Biblia:
“Cuando llegó el límite cabal del tiempo, Dios envió
a su Hijo, que vino a ser procedente de una mujer y que vino a estar bajo la
ley, para que librara por compra a los que están bajo ley, para que nosotros a
nuestra vez, recibiésemos la adopción de hijos. Ahora bien, porque ustedes son
hijos, Dios ha enviado el espíritu de su Hijo a nuestros corazones y este
clama: ¡Abba Padre! ...” (Gl 4;4-6) (NM)
Y es que Jesús nos dice: “A menos que uno nazca otra
vez, no puede ver el reino de Dios… A menos que uno nazca del agua y del
espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Jn 3;3-7). No hay excepciones:
“A menos que uno nazca otra vez...”
Y Juan nos hace saber: “todo el que cree que Jesús
es el Cristo, ha nacido de Dios” (1Jn 5;1) De nuevo, no hay excepciones que
dejen a alguien fuera: “Todo el que cree...”
“Porque todos los que son conducidos por el
espíritu de Dios, éstos son hijo de Dios. Porque no recibieron ustedes un
espíritu de esclavitud que ocasione temor de nuevo, sino que recibieron un
espíritu de adopción como hijos, espíritu por el cual clamamos ‘¡Abba Padre!’
El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de
Dios.” (Rom 8;14-16) (NM)
Pero si preguntamos a un testigo de Jehová de las
“otras ovejas” si ha sido adoptado como hijo de Dios al recibir el espíritu del
Hijo de Dios, Jesucristo, en su corazón. La respuesta será “¡NO!” Y es
que según “La Atalaya” de 15 de febrero de 1986, “las ‘otras ovejas’ no
necesitan el renacimiento que solicita Jesús en (Jn 3;3-7) pues su meta es la
vida eterna en el paraíso terrenal restaurado como vasallos del Reino”. Según
estas palabras, los testigos de Jehová que forman parte de las “otras ovejas”
no creen que deben nacer de nuevo porque esto se reserva sólo para los 144.000
coherederos que han de vivir en el cielo (¿?).
En (Rom 8;1-7) se explica la diferencia entre el
andar “en la carne” y el andar “en el espíritu”, sentenciando en los versículos
8 y 9: “Por eso los que están en armonía con la carne no pueden agradar a Dios.
Sin embargo, ustedes no están en armonía con la carne, sino con el espíritu, si
es que el espíritu de Cristo verdaderamente mora en ustedes. Pero si alguien no
tiene el espíritu de Cristo, éste no le pertenece” (Rom 8;8-9)
Así,
pues, los testigos de Jehová que admiten que no han recibido el
espíritu de Cristo para que more en su corazón al nacer de nuevo en adopción
como Hijo de Dios, tienen un problema… ya que ¿pueden llegar a alguna
conclusión diferente de que no pueden agradar a Dios ni pertenecer a Cristo?