sábado, 16 de septiembre de 2017

SOLO LOS 144.000 SON BAUTIZADOS CON ESPÍRITU SANTO HIJOS DE DIOS

s/TJ:

Sólo los pertenecientes a la «manada pequeña» de 144.000 «elegidos», es decir, los «ungidos», reciben al Es­píritu Santo y son engendrados espiritualmente por él. Los de la «grande muchedumbre», o sea, las «otras ovejas», no son engendrados espiritualmente porque no reciben el Es­píritu Santo; sólo pueden recibir la ayuda del Espíritu Santo:
«… El (Cornelio) y sus compañeros gentiles cre­yentes recibieron en aquel tiempo el espíritu san­to con el cual los 'escogidos' de Dios son sella­dos. (...)» (“Entonces queda terminado el misterio de Dios”, pág 223).

«… En estas bodas celestiales Jesucristo es el novio y la congregación de sus 144.000 seguidores en­gendrados por espíritu es la 'novia,' quien llega a ser la 'esposa del Cordero.' (...)» (Vida eterna en libertad de los hijos de Dios, pág 144,145).

«(...). Tiene que hacer esto (el que se bautiza en agua), confiando en que el espíritu santo o fuerza activa de Dios lo ayudará a hacer - la voluntad de Dios. (...)» (Vida eterna en libertad de los hijos de Dios, pág 117)

Análisis:

Es necesario aclarar que «la voluntad de Dios», -según los Testigos de Jehová, no consiste ahora en los «Diez Man­damientos» (“Sea Dios veraz”, pág 177), sino en predicar el mensaje del Reino para recoger a las «otras ovejas». Por eso, según ellos: «(...). La ley de Dios desde 1914 era que las buenas nuevas del establecimiento del reino prometido, por el cual se ha estado orando, se predicaran en toda la Tierra habitada por sus testigos dedicados para un testimonio a todas las naciones. (Mateo 24:14)».

Como consecuencia de esta doctrina, sólo los 144.000 son hijos de Dios, puesto que sólo ellos han sido engendra­dos por su Espíritu. Ellos son sus hijos espirituales como Jesús; por tanto, durante toda la eternidad serán 144.001 los hijos espirituales de Dios.

Las «otras ovejas», al no ser engendradas por el Es­píritu Santo de Dios, no son hijos espirituales de Dios ahora, ni lo serán nunca. Ahora sólo pueden aspirar a tener a Jesús como Padre, siempre teniendo en cuenta que, para los TJ, Jesús no es Dios sino “un dios”

s/TJ:

«(...). Fue Jehová Dios quien ungió a su Hijo Jesús con espíritu santo y así hizo que llegara a ser 'Cristo' o el Ungido. (Isaías 61:1) (Lucas 4:16-21)(Hechos 4:27; 10:38) Así Dios bautizó a Jesús con el espíritu santo, para que Jesús después de eso bautizara a sus segui­dores con espíritu santo (Lucas 3:15,16) Cuando Dios hizo esto, se oyó su voz desde el cielo diciendo: 'Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.' (Ma­teo 3:13-17) Esto significa también que Dios había engendrado allí al humano Jesús para que fuera un Hijo espiritual. Hasta entonces, por treinta años, Jesús había sido un hijo terrestre dedicado de Dios, el igual del perfecto Adán, el 'hijo de Dios.' (Lucas 3;23-38) Pero desde el tiempo de su unción con espíritu santo Jesús como el Cristo era un Hijo espiritual de Dios. Había llegado a ser, como lo llama 1 Juan 5:1,18, el 'que ha nacido de ése (Dios),' y 'El que nació de Dios.' Desde entonces en adelante la meta de Jesús como el Cristo era vida eterna en el cielo como un Hijo espiritual de Jehová Dios» (“Vida eterna en libertad de los Hijos de Dios”, pág 103,104).

“En el día quincuagésimo de su resurrección de entre los muertos el Señor Jesucristo derramó espí­ritu santo desde el cielo y fundó una congregación de otros hijos de Dios engendrados por espíri­tu» (“Vida eterna en libertad de los Hijos de Dios”, pág 382).

«Con el Cordero Jesucristo, estos seguidores de él que han sido comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero compo­nen una compañía de 144.001. (...)» (“Entonces queda terminado el misterio de Dios”, pág 97).

«Los hombres de buena voluntad de este día que se aprovechan de la provisión y que con firmeza continúan confiando en ella, hallarán que Cristo Jesús será su 'Padre eterno.' (Isaías 9:6)» (“Sea Dios veraz”, pág 104).

Estos «hombres de buena voluntad», es decir, las «otras ovejas», junto con los hombres fieles del Antiguo Testa­mento, después del Armagedón, seguirán teniendo por Pa­dre a Jesús, y por medio de él llegarán a ser «hijos huma­nos perfectos de Dios» (cf. p. 82); pero desde el punto de vista espiritual no llegarán nunca a ser «hijos de Dios», sino «nietos»: 

«Los que se llamaron 'padres' (Romanos 9:5; 15:8; Hechos 3:13) y sus fieles compañeros han de lle­gar a ser los hijos del 'Padre eterno' (Dador de vida) Cristo Jesús, mediante la resurrección. (Isaías 9:6) (“Sea Dios veraz”, pág 258). «Esta oración modelo (Mateo 6:9-13) es altruista en todo sentido. Al dirigirse a Dios como 'Padre nues­tro' se reconoce que hay otros que también son hijos del Altísimo y los pensamientos del que ora se alejan de sus deseos personales. Además, demuestra que los que así oran se han aprovechado del rescate provisto por Cristo Jesús y que han llegado a ser hijos espiri­tuales de Dios. Un resto de estos hijos todavía está so­bre la tierra. Unida a ellos desde 1918 dC está una muchedumbre de personas de buena voluntad que siempre va de aumento. Estos también pueden apro­piadamente dirigirse a Jehová como 'Padre nuestro,' porque durante el reino milenario de Cristo ellos lle­garán a ser hijos terrestres del Dador de vida, o sea del mismo Cristo Jesús, y por lo tanto literalmente están en línea para llegar a ser 'nietos' de Dios. En las Escrituras a menudo se refiere al abuelo como pa­dre» (“Sea Dios veraz”, pág 150,151).

Análisis:

Lo que dice la Palabra de Dios, referente a sus hijos, es natural que sea sólo, según esta forma de ver las cosas, para los que son los «hijos espirituales» de Dios (1Pe 1;10-12), no para las «otras ovejas», a las cuales no les queda otra alter­nativa que decir: “Eso no es para mí porque no soy engen­drado por el Espíritu de Dios”. Por tanto, como la Palabra de Dios, al dirigirse a sus hijos, habla para sus «hijos espirituales», estos obedeciendo a esa Palabra guardan los man­damientos de su Padre, y ellos son los que forman la iglesia (o congregación, como ellos dicen) de los «llamados a ser santos». Sólo ellos reciben el bautismo en Cristo el Libertador, el bau­tismo en su muerte. Los que hoy están experimentan­do este bautismo en la muerte de Cristo son compa­rativamente pocos. Pertenecen a los 'que quedan' de la descendencia de la 'mujer’. (Ap 12:5,6,17.

Que la Biblia sólo va dirigida a los 144.000 porque sólo ellos son hijos espirituales de Dios, no parece que este confirmado por la propia Biblia. Veamos algunos versículos: (Is 1;10) (Is 45:1,22) (Is 49;1) (Is 56;4) (Jer 6;18) (Mc 13;37) (Dt 14;1) etc...