Sólo los pertenecientes a la «manada pequeña» de 144.000 «elegidos», es decir,
los «ungidos», reciben al Espíritu Santo y son engendrados espiritualmente por él. Los de la «grande muchedumbre», o
sea, las «otras ovejas», no son engendrados espiritualmente porque no reciben el Espíritu Santo; sólo pueden recibir
la ayuda del Espíritu Santo:
«… El (Cornelio) y sus compañeros gentiles creyentes recibieron en aquel
tiempo el espíritu santo con el cual los 'escogidos' de Dios son sellados. (...)» (“Entonces queda
terminado el misterio de Dios”, pág 223).
«… En estas bodas celestiales Jesucristo es el novio y la congregación de sus
144.000 seguidores engendrados por espíritu es la 'novia,' quien llega a ser la 'esposa del Cordero.' (...)» (Vida eterna
en libertad de los hijos de Dios, pág 144,145).
«(...).
Tiene que hacer esto (el que se bautiza en agua),
confiando en que el espíritu santo o fuerza activa de Dios lo ayudará a hacer - la
voluntad de Dios. (...)» (Vida eterna en libertad de los hijos de Dios,
pág 117)
Análisis:
Es necesario aclarar que «la voluntad de Dios»,
-según los Testigos de Jehová, no consiste ahora en los «Diez Mandamientos» (“Sea Dios
veraz”, pág 177), sino en predicar el mensaje del Reino para recoger a las «otras ovejas». Por eso, según ellos: «(...). La ley de Dios desde 1914 era que las buenas nuevas del
establecimiento del reino prometido, por el
cual se ha estado orando, se predicaran en toda la Tierra habitada por sus testigos dedicados para un
testimonio a todas las naciones. (Mateo 24:14)».
Como consecuencia de esta doctrina, sólo los
144.000 son hijos de Dios, puesto que sólo ellos han sido engendrados por su
Espíritu. Ellos son sus hijos espirituales como Jesús; por tanto, durante
toda la eternidad serán 144.001 los hijos espirituales de
Dios.
Las «otras ovejas», al no ser engendradas por el
Espíritu Santo de Dios, no son hijos espirituales de Dios ahora,
ni lo serán nunca. Ahora sólo pueden aspirar a tener a Jesús
como Padre, siempre teniendo en cuenta que, para los TJ, Jesús no es Dios sino
“un dios”
s/TJ:
«(...). Fue Jehová Dios quien ungió a su Hijo Jesús con espíritu santo y así hizo que llegara a ser
'Cristo' o el Ungido.
(Isaías 61:1) (Lucas 4:16-21)(Hechos 4:27; 10:38) Así Dios bautizó a Jesús con el
espíritu santo, para que Jesús después de eso bautizara a sus seguidores con espíritu santo (Lucas 3:15,16) Cuando Dios hizo esto, se oyó su voz desde
el cielo diciendo: 'Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.' (Mateo 3:13-17) Esto significa
también que Dios había engendrado allí al humano Jesús para que fuera un Hijo espiritual. Hasta entonces, por treinta años,
Jesús había
sido un hijo terrestre dedicado de Dios, el igual del perfecto Adán, el 'hijo
de Dios.' (Lucas 3;23-38) Pero desde el tiempo de su unción con espíritu santo Jesús como el Cristo era
un Hijo espiritual de Dios. Había llegado a ser, como lo llama 1 Juan
5:1,18, el 'que ha
nacido de ése (Dios),' y 'El que nació de Dios.' Desde entonces en adelante la meta de
Jesús como el Cristo
era vida eterna en el cielo como un Hijo espiritual de Jehová Dios» (“Vida eterna
en libertad de los Hijos de Dios”, pág 103,104).
“En el día quincuagésimo de su resurrección de entre los muertos el Señor
Jesucristo derramó espíritu santo desde el cielo y fundó una congregación de otros hijos de Dios engendrados
por espíritu» (“Vida eterna en libertad de los
Hijos de Dios”, pág 382).
«Con el Cordero Jesucristo, estos seguidores de él que han sido comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y
para el Cordero componen una compañía de
144.001. (...)» (“Entonces queda terminado el misterio de Dios”, pág 97).
«Los hombres de buena voluntad de este día que se aprovechan de la provisión y que con
firmeza continúan
confiando en ella, hallarán que Cristo Jesús será su 'Padre eterno.' (Isaías 9:6)» (“Sea Dios veraz”, pág 104).
Estos «hombres de buena voluntad», es decir, las «otras ovejas», junto con los hombres
fieles del Antiguo Testamento, después del Armagedón, seguirán teniendo por Padre a Jesús, y por medio de él
llegarán a ser «hijos humanos perfectos de Dios» (cf. p. 82);
pero desde el punto de vista espiritual no
llegarán nunca a ser «hijos de Dios», sino
«nietos»:
«Los que
se llamaron 'padres' (Romanos 9:5; 15:8;
Hechos 3:13) y sus fieles compañeros han de llegar a ser los hijos del 'Padre eterno' (Dador de vida) Cristo Jesús, mediante la resurrección. (Isaías
9:6) (“Sea Dios veraz”, pág 258). «Esta
oración modelo (Mateo 6:9-13) es altruista en todo sentido. Al dirigirse a Dios como 'Padre nuestro' se reconoce que hay otros que también son
hijos del Altísimo y los
pensamientos del que ora se alejan de
sus deseos personales. Además, demuestra que los que así oran se han aprovechado del rescate provisto por Cristo Jesús y que han llegado a ser hijos
espirituales de Dios. Un resto de estos hijos todavía está sobre la tierra. Unida a ellos desde 1918 dC está una muchedumbre de personas de buena voluntad que siempre va de aumento. Estos también pueden apropiadamente dirigirse a Jehová como 'Padre nuestro,'
porque durante el reino milenario de Cristo ellos llegarán a ser hijos
terrestres del Dador de vida, o sea del
mismo Cristo Jesús, y por lo tanto literalmente están en línea para llegar a ser 'nietos' de Dios. En las Escrituras a menudo se refiere al abuelo como padre»
(“Sea Dios veraz”, pág 150,151).
Análisis:
Lo que dice la Palabra de Dios, referente a sus hijos,
es natural que sea sólo, según esta forma de ver las cosas,
para los que son los «hijos espirituales» de Dios (1Pe 1;10-12), no para
las «otras ovejas», a las cuales no les queda otra alternativa
que decir: “Eso no es para mí porque no soy engendrado
por el Espíritu de Dios”. Por tanto, como la Palabra de Dios, al dirigirse
a sus hijos, habla para sus «hijos espirituales», estos obedeciendo a esa
Palabra guardan los mandamientos de su Padre, y ellos son los que forman
la iglesia (o congregación, como ellos dicen) de los «llamados a ser santos». Sólo ellos reciben el bautismo en Cristo el Libertador, el bautismo
en su muerte. Los que hoy están experimentando este bautismo en la muerte de
Cristo son comparativamente pocos. Pertenecen a los 'que
quedan' de la descendencia de la 'mujer’.
(Ap 12:5,6,17.
Que la
Biblia sólo va dirigida a los 144.000 porque sólo ellos son hijos espirituales
de Dios, no parece que este confirmado por la propia Biblia. Veamos algunos
versículos: (Is 1;10) (Is 45:1,22) (Is 49;1) (Is 56;4) (Jer 6;18) (Mc 13;37)
(Dt 14;1) etc...