Los TJ también sugieren como referencia en este caso (Sl
37;11). Interpretan en estos salmos la palabra tierra como refiriéndose
al planeta tierra. Pero no parece que sea ésta la interpretación correcta.
Análisis:
El escritor del salmo utilizó la palabra
hebrea (‘e´rets) que se refiere a una “región particular o al territorio
de una nación”, de modo que en las dos referencias del salmo 37 se estaba
refiriendo a la Tierra Prometida, en donde los israelitas pudieron haber sido y
debieron haber sido ocupantes. Es por esto, que al traducir al griego estos
versículos en la “Versión de los setenta”, la palabra hebrea (‘e´rets)
se tradujo al griego como (gë), término que “denota la tierra en
su sentido de suelo arable”. También se lee (gë), en griego, en (Mt 5;5)
cuando Jesucristo nos dice: “Felices son los de genio apacible, puesto que
ellos heredarán la tierra”.
Por otra parte, Si el salmo 37 califica de “mansos”
y “justos” a quienes “poseerán la tierra” y Jesús, según Mateo,
califica de “genio apacible” a quienes “heredarán la tierra”, ¿cómo
se puede aseverar, con estos diferentes elementos, que Jesús está citando del
salmo 37, y a la inversa, David vislumbra en este salmo la expectativa que hoy
pueden tener los cristianos?
Cristo utilizó el término “tierra” en muchas ocasiones, y en algunas de
ellas, los testigos de Jehová afirman que no se refería a la 'tierra'
literal. Por ejemplo, en (Mt 5;18) y (Mt 24;35), se dice que la 'tierra'
pasará, y ellos afirman que esto no es así, que esto es una hipérbole. En (2Pe
3;13), se habla de una 'nueva tierra', y ellos afirman que se refiere a una
nueva sociedad humana. ¿Por qué no siguen esta misma línea de argumentación en
(Mt 5:5)? ¿Por qué no se podría estar refiriendo Cristo a una 'tierra' figurativa
que comprendiera la 'Tierra’ que fue prometida al pueblo de Israel?
¿Por qué no podría estar utilizando Cristo este término para abarcar la entera
esperanza de sus seguidores, tal como con el término 'Tierra Prometida' se
abarcaba la entera promesa del pueblo de Israel?
A pesar de que, por ejemplo, en (Mt 24;35) (Mc 13;31) (Lc 21;33) Jesús
dice rotundamente sin ningún atisbo de simbolismo: “El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán”, y en (2Pe 3;10) el apóstol Pedro
nos dice que “vendrá el día en el que cielo y la tierra pasarán”, los TJ
aseguran que la vida sobre la tierra será eterna. Pero la eternidad de la
tierra y el concepto de habitar dicho planeta eternamente es un concepto
alejado de la realidad científica. Cualquier libro de ciencia revela que al
igual que nuestro sol y nuestra tierra tuvieron un principio, asimismo tendrán
un final. El sol agotará toda su energía y se apagará y nuestra tierra que se
va ralentizando, desaparecerá. Si las cosas no tienen que ir por esta vía, será
preciso o la intervención continuada de Dios que con sus milagros haga posible
la vida eterna sobre la tierra, o un cambio rotundo en la naturaleza de las
cosas. Ninguna de ambas actuaciones se puede leer en la Biblia, ni parecen
avistarse en lontananza.