¿HAN CAMBIADO LA BIBLIA LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ PARA QUE ENCAJE CON SUS CREENCIAS?En la sección “
En la sección “Sobre nosotros > preguntas frecuentes” de
la web jw.org se encuentra la siguiente pregunta: “¿Han cambiado la
Biblia los testigos de Jehová para que encaje con sus creencias?” En el apartado
núm. 1, de los tres que siguen, se puede leer: “Dios no es una Trinidad”
y lo apoyan con las siguientes referencias bíblicas: (Dt 6;4) (1Cor 8;6) y (Jn 14;28).
Antes de Examinar brevemente cada una de estas tres referencias bíblicas,
digamos que la enseñanza católica sobre la Santísima Trinidad se resume o define
como un solo Dios en tres personas.
(Dt 6;4): “Escucha, oh, Israel. Jehová nuestro
Dios es un solo Jehová.” (TNM-2019)
Análisis:
Como en
hebreo no hay cópula verbal, el sentido de este párrafo puede ser triple: “Jehová,
nuestro Dios, es uno”, “Jehová es nuestro Dios único” y “Jehová es nuestro
Dios, Jehová es único”.
Conclusión: Jehová
(Yavé) es un solo Dios (De acuerdo con la Trinidad).
(1Cor 8;6): “Para nosotros en realidad solo hay un Dios, el Padre,
de quien vienen todas las cosas y para quien existimos nosotros, y solo hay
un Señor, Jesucristo, mediante quien existen todas las cosas y mediante
quien existimos nosotros.” (TNM-2019)
Análisis:
Por lo que se
refiere a las expresiones “solo hay un Dios, el Padre” y “solo hay un
Señor, Jesucristo”, no quiere decir el apóstol que Jesucristo no sea “Dios” o que el Padre no
sea “Señor”, sino que como es habitual en la tradición evangélica, reserva para
el Padre, de quien todas las cosas proceden (Rom 11;33-36), el nombre de Dios,
y para Jesucristo , a quien el Padre concede
el dominio sobre todas las cosas (Col 1;16), el de Señor. (Véase:
(Flp 2;9-11) (Rom 14;6-9) (Rom 10;9) (Ef 4;5-6) (Hech 2;36), etc.).
El contexto de (1Cor 8;6) no es
para contrastar la relación entre el Padre y el Hijo, sino para contrastar la
relación entre ellos y los ídolos falsos que los paganos adoraban como
“dioses.” Sin embargo, los TJ ignoran el contexto de este pasaje y afirman
que este versículo está contrastando la relación entre el Padre y el Hijo.
Luego los TJ señalan que el Padre es llamado “Dios” mientras que Jesús
es distinguido como el “Señor,” afirmando que Jesús no puede ser Dios
porque el Padre es llamado Dios. (Véase: “¿Debería Usted Creer en la Trinidad?”, pág. 17)
Cuando uno considera el hecho de que ningún TJ
discutiría que el Padre no es “Señor” simplemente porque Jesús es “Señor,”
es evidente que este argumento no tiene fundamento. Es más, el Padre es llamado
“Señor de señores” en (Dt 10;17) y Jesús, asimismo, es llamado también “Señor
de señores” (Ap 17;14) y (Ap 19;16). Sin embargo (Jd 4) señala que sólo hay un “Señor.”
Por lo tanto, de la misma manera en que tanto Jesús
como el Padre son llamados “el Señor,” Jesús es tan Dios como el Padre es Dios,
ya que Él es referido como Dios en muchas ocasiones. No obstante, (1Tim 1;17) revela que sólo hay un Dios.
Así tenemos aquí otro ejemplo de una Escritura que
apoya la posición Trinitaria en el sentido de que Jesús es el mismo “Dios” así
como el Padre (Mt 11;25) (Hech 10;36) (Dt 10;17) (Ap 17;14) (Ap 19;16) (Jd 4).
El hecho es que las Escrituras usan las palabras
Dios y Señor de modo intercambiable. A los dioses falsos los llaman "dioses"
y "señores". Al Padre se llama Dios y Señor, y se hace referencia
al Hijo con ambas palabras. El apóstol Tomás -aunque los TJ lo niegan- se
dirigió a Jesús como: "iSeñor mío y Dios mío!” (Jn 20;28),
repitiendo la misma expresión que leemos en (Sl 35;23-24), donde podemos leer: "¡Despierta,
álzate en favor mío!, ¡Dios mío, Señor mío en mi defensa! ¡Hazme justicia según
tu justicia Señor mío! ¡Dios mío, no triunfen contra mí!" (NC). Es
curioso con relación a este versículo que, en la TNM-2019 de los TJ desaparece
la exclamación iSeñor mío! Veamos
como lo traducen los TJ: "Despiértate,
ven en mi defensa, Dios mío, Jehová, defiende mi caso
legal. Júzgame según tu justicia, oh, Jehová mi Dios; no dejes que ellos
disfruten a costa mía (¿?)
En (Hb 1;10-12), Pablo aplica sin más al Hijo el (Sl
102;26-28): "Tú, Señor, al principio..."
En (Lc 1;43), Isabel dice a María: "¿De
dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?"
La fórmula "Señor de los señores y Rey de
reyes" es un hebraísmo para indicar el supremo grado de realeza y de
dominio. Se le aplica a Yavé, en: (Dt 10;17) (1Tim 6;15) y a Cristo en: (Ap
17;14) (Ap 19;16)
(Ap 17;14); "Pelearán con el cordero y el
cordero los vencerá, porque es el Señor de los señores y Rey de reyes"
(Ap 19;16): "Tiene sobre su manto y sobre
su muslo escrito su nombre: 'Rey de reyes, Señor de los señores'"
(Ap 22;20) Así termina el Apocalipsis y en
consecuencia la Biblia: "iVen Señor Jesús!"
Tanto a Jehová (Yavé) el Padre
como al Hijo Jesucristo, se les considera en la Biblia: Señor de la naturaleza,
Señor del sábado, Señor de los Señores Señor de todos, de Cielos y Tierra. Véase,
por ejemplo, para Jehová: (Sl 89;8-9) (Ex 20;10-11) (Dt 10;17) (1Tim 6;15) (Hech
17;24) (Mt 11;25) y para Jesucristo: (Mt 8;26-27) (Mc 2;28) (Ap 17;14) (Ap
19;16) (Hech 10;36).
Conclusión:
El Padre es Dios y asimismo lo es el Señor Jesucristo (De acuerdo con la
Trinidad).
(Jn 14;28): Oyeron que les dije: ‘Me voy y volveré a
ustedes’. Si me aman, les alegrará que vaya al Padre, porque el Padre es
mayor que yo.
Análisis:
La clave para una
comprensión correcta de la frase «el Padre mayor es que yo» se halla en
el pasaje de (Flp 2;5-11). Pablo afirma que el que era «igual a Dios... se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo». De aquí, pues, aprendemos
claramente que Jesús se hizo «inferior al Padre» por las limitaciones
humanas que le imponía la encarnación. Así es que Cristo es igual al Padre con
respecto a su Deidad e inferior en cuanto a su humanidad.
Para entender
estas palabras de Jesús que, estamos analizando, es preciso tener en cuenta que
aquí, como en otros lugares, estaba hablando como hombre, y en este sentido no
solamente -como hemos visto- era menor al Padre, sino que de igual modo era
inferior a los ángeles e incluso a los hombres (Lc 22;27), pues -también hemos
leído- que Pablo dice que se anonadó completamente (Flp 2;6-8). Llegó a ser, “gusano,
y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo» (Sl 22;6).
Sin embargo, en
(Jn 10;30) Jesús les dice a los judíos:” Yo y el Padre somos uno”. Esta “unicidad”
entre el Padre y el Hijo es diferente a la que se
encuentra entre los creyentes como unidad de pensamiento y propósito. Esto es
evidente por la reacción inmediata de los judíos a la declaración de
Cristo, pues ellos tomaron piedras para apedrearlo ya que ellos entendieron que
su afirmación era una declaración de Deidad. Le respondieron los judíos,
diciendo: “Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque
tú, siendo hombre, te haces Dios”.
Conclusión: Al no corregir la opinión de los judíos, incluso
ante la lapidación, Jesús indicó que habían entendido correctamente sus
declaraciones. El Hijo y el Padre son uno, el mismo Dios (De acuerdo con la
Trinidad).
