domingo, 5 de septiembre de 2021

LA ESPERANZA REAL DE UN MAÑANA MEJOR. RESEÑA DE LOS GRANDES PROBLEMAS DE LA HUMANIDAD.

Los testigos de Jehová (TJ), en JW.org, y bajo el título “La esperanza real de un mañana mejor”, reseñan los grandes problemas actuales de la humanidad, indicando cual es la solución que para cada uno de ellos ha fijado la Biblia y, por tanto, de qué manera, desde su punto de vista, van a solucionarse en el Nuevo Mundo.

Los TJ creen que Dios concederá después del Armagedón a todos los que sigan con vida en la tierra -ahora mismo unos diez millones- , y a todos aquellos, justos e injustos, en una cantidad que muy bien podría alcanzar la cifra de sesenta mil millones que vayan resucitando a lo largo de los mil años de juicio que seguirán, una forma maravillosa de vida que sustituirá a la que Dios quería para el hombre cuando lo creo en un principio, y que resarcirá, de alguna manera, de la multitud de problemas que actualmente se sufren en el mundo.

Por ejemplo, ante la falta de vivienda, los TJ leen en la Biblia que “se construirán casas y se vivirá en ellas” (Is 65;21) y, por lo tanto, concluyen, todo el mundo tendrá su propia casa.

Pero los diez millones de TJ que, desde un primer momento seguirían vivos en la tierra, tendrán como su principal misión disponer la tierra para hacerla habitable.

De entrada, habrán de construirse miles y miles de casas, sin proyecto inicial general y sin vehículos, ni maquinaría de construcción, ni empresas organizadas. ¿Cómo se distribuiría el trabajo?, porque se necesitaría de todo: barrenderos, albañiles, basureros, electricistas, ingenieros de todas las categorías, conductores, etc.

Observando las ilustraciones que aparecen en la mayoría de las publicaciones de los TJ, éstas ocultan las verdaderas necesidades, resultando engañosas e irreales. ¿Dónde están las carreteras, los coches, las fábricas de todo tipo, los bidones de basura, etc.? Sin todo ello, será imposible la vida que nos sugieren la infinidad de dibujos que sobre este aspecto han aparecido, a lo largo de los años, en las páginas de las revistas de los TJ.

Además del milagro continuo que subyace en esta preparación del paraíso, los TJ nos dicen que Dios "proveerá un clima apropiado para cultivar siembras y criar ganado, y se encargará de que las siembras y el ganado estén protegidos contra las enfermedades y perjuicio".  Todo esto está en contra de lo que nos dicen los propios TJ en ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 18):  "El fin del sexto día creativo significa que Dios dejará de hacer cosas para la tierra ... pues Dios descansa en este séptimo día de toda la obra que había hecho...  Por eso él no ha hecho ninguna cosa nueva aquí desde que terminó el sexto día creativo, hace casi seis mil años...  y él continuará descansando de hacer obras creativas hasta que terminen los mil años que quedan de su séptimo día". Sin olvidarnos de lo que nos dice ("La Atalaya" de 1.9.68, pág 518), con relación a los resucitados:  "Dios recreará con exactitud infalible en un cuerpo la personalidad idéntica que amigos y parientes reconocerán como el amado que perdieron en la muerte".  ¿En qué quedamos?, ¿Dios descansará en su obra creativa hasta que termine el Milenio, o deberá currar a lo largo de todo el milenio? Resucitar a todos los justos e injustos representará miles y miles de nuevas personas diarias imperfectas que deberán ser acomodadas, alimentadas y enseñadas.

Los TJ, ante el problema del desempleo y la pobreza, nos dice que leen en la Biblia: “Mis escogidos disfrutarán al máximo del fruto de su trabajo” (Is 65;22) lo que quiere decir que “todas las personas tendrán un trabajo que les guste y que las haga sentirse realizadas”.

¿Es el paraíso de los Testigos, un volver a reandar todo lo que el ser humano ha andado hasta nuestros días? ¿Es volver a nuestros orígenes, cuando el ser humano no se movía apenas de su hábitat, trabajaba la tierra con sus propias manos, y vivía de lo que cultivaba? Si cada testigo de Jehová va a tener unas hectáreas donde vivir, va a necesitar máquinas para trabajar la tierra. ¿Hemos observado cómo un labrador cultiva, trabajando día y noche en su pedazo de tierra? ¿O es que, en el paraíso, las patatas, el trigo u otros cultivos saldrán solos, sin riego, sin abonos, sin recogida, etc.? Por otra parte, si para alguien, realizar el duro trabajo del campo es un paraíso, sabemos que, para millones de personas, tener la perspectiva de realizar esa labor para siempre, eso, en vez de un paraíso, es un infierno eterno… Y si otro tiene que trabajar para que yo viva y coma ¿no volveremos a las andadas?

A continuación, se trata de las injusticias, de la delincuencia, de la violencia y de las guerras. Los TJ leen en la Biblia: “Príncipes gobernarán con justicia”, “Nadie nos asustará”, “Las naciones no alzarán la espada unas contra otras” (Is 32;1) (Is 2;4) (Miq 4;4) etc., por lo que, concluyen, “a nadie se le tratará injustamente por su raza o su posición social”, “todo el mundo se sentirá seguro porque ya no habrá gente mala”, “ni se llorará la muerte de seres queridos”. 

Está claro que, en esta interpretación del Nuevo Mundo, las relaciones pacíficas dependerán del grado de perfección y voluntad no solo de los príncipes gobernantes, sino también de todos los habitantes en general. No hay que olvidar que, según los TJ, a lo largo del milenio se darán casos de personas que deberán ser cortadas, antes de que llegue el final, debido a su mal comportamiento y que, al final, gente en cantidad como las estrellas del universo, se opondrán al propio Dios.

Finalmente, los TJ leen en la Biblia: “Ningún habitante dirá estoy enfermo” (Is 33;24) Es más, “la muerte ya no existirá” (Ap 21;4)

Interpretar los profetas y los salmos queriendo que sus palabras nos proporcionen para el futuro la garantía de  una vida feliz, de acuerdo con los parámetros actuales de felicidad, es cerrar los oídos a la Palabra de Dios que nos está prometiendo, de continuo, un Reino de Dios o de los Cielos que no tiene nada que ver con nuestro mundo actual, sino que es infinitamente superior e imposible de captar con nuestros sentidos y con nuestra inteligencia, y que para introducirnos en su comprensión,  lo hace a través del profeta presentándonos al máximo de la perfección las cosas de este mundo que aquí nos harían sumamente felices: salud, comida, amistad, vivienda, familia, etc. pero que sólo son un símbolo de lo que se nos está prometiendo en realidad. Por eso San Pablo nos dice que “el corazón humano no puede imaginar lo que tiene Dios preparado para aquéllos que le aman” (NC). O dicho de otra forma por los propios TJ: “No se ha concebido en el corazón del hombre las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman” (NM) (1Cor 2;9). Los TJ, sin embargo, a pesar de sus propias palabras, creen haberlo imaginado y concebido…