sábado, 2 de septiembre de 2023

REFLEXIÓN AL TEMA 53: "Que su entretenimiento le agrade a Jehová" ¡DISFRUTE DE LA VIDA PARA SIEMPRE!

 Censura de la Iglesia y su “Index Librorum” 

A la pregunta ¿Tienen los testigos de Jehová una lista de películas, canciones o libros prohibidos? La respuesta es rotunda: “No. Nuestra organización no revisa las películas, las canciones ni los libros para determinar cuáles deben evitarse”. La Biblia indica que todos debemos desarrollar la capacidad de distinguir lo bueno de lo malo (Hb 5;14).

 

Las Escrituras -siguen los testigos de jehová- contienen principios que nos permiten tomar buenas decisiones en el ámbito del entretenimiento, por ejemplo, condena el ocultismo, la inmoralidad sexual y la violencia; por tanto, todo lo que promueva estas cosas es inapropiado (Dt 18;1013) (Ef 5;3) (Col 3;8).  Como en cualquier otro aspecto de la vida, siempre queremos cumplir con las palabras de (Ef 5;10), que dice: “Sigan asegurándose de lo que es acepto al Señor”.

 

Dios, terminan los testigos de Jehová, ha otorgado a los cabezas de familia un grado de autoridad, así que ellos tienen el derecho de prohibir a los miembros de su casa ciertas cosas en particular (1Cor 11;3) (Ef 6;1-4)). Pero en la congregación, nadie tiene la autoridad de censurar determinadas películas, canciones o estrellas del mundo del espectáculo ni de imponer su propio criterio (Gl 6;5).

 

Por otra parte, El Index librorum prohibitorum (en español: Índice de libros prohibidos) fue una lista de aquellas publicaciones que la Iglesia católica catalogó como heréticas, inmorales o perniciosas para la fe y que los católicos no estaban autorizados a leer. Además, establecía las normas de la Iglesia respecto a la censura de los libros. Fue promulgado por primera vez a petición del Concilio de Trento por el Papa Pío IV el 24 de marzo de 1564. El Index conoció más de cuarenta ediciones, a cargo de la Congregación del Índice, creada por el papa Pío V en 1571. La última edición fue la de 1948 hasta que el 8 de febrero de 1966 el papa Pablo VI lo suprimió. 

Los autores notables por su ateísmo como SchopenhauerMarx o Nietzsche, o por su hostilidad a la Iglesia católica no figuraron en el Índice, puesto que tales lecturas están prohibidas ipso facto. Se incluyó, más bien, a aquellos autores y obras de los que los fieles pueden no ser inmediatamente conscientes de que sus posiciones son gravemente contrarias a la doctrina de la Iglesia, como Erasmo de RóterdamMichel de Montaigne.

Posteriormente, desde San Pío X, también algunas películas han sido condenadas por la Iglesia. Probablemente sean cada vez menos y provoquen menos problemas. Esto se debe a un aperturismo acorde con el paso de los años y a que, todo sea dicho, ya estamos curados de espanto.